Alberto Calderón P.* / Creo que al igual que muchos de ustedes, el mirar hacia el cielo y ver la inmensidad del universo, de alguna forma nos inquieta y preguntamos si nuestra vida se originó en este planeta o venimos de lejanos mundos, si somos producto de un creador u otros mecanismos sembraron la semilla de las diversas formas de vida en la tierra. Si estamos solos en el universo o lo compartimos con otras formas de vida, seres inteligentes, incluso civilizaciones muy avanzadas.
Esta inquietud no solo es privativa de nosotros los mundanos que hacemos nuestro andar existencial bajo el manto de las estrellas, el sol, la luna y otros planetas que no somos capaces de percibir a simple vista, también es preocupación de filósofos, religiosos, literatos y otros, pero sobre todo es la atención de los científicos, por ello que diseñaron en 1974 el primer mensaje al universo, se llamó Arecibo en mención al radiotelescopio que se encontraba en la provincia del mismo nombre en Puerto Rico, desde ese punto se emitió nuestra señal que enviamos a 25 mil años luz de la zona de emisión, para decirles que aquí vivimos, quienes somos y hasta de que estamos compuestos, en este primer intento se enviaron 1.679 bits, una cantidad muy limitada si vemos los avances tecnológicos sobre el envío y recepción de megas, gigas, teras y demás hoy en día. Este primer mensaje realizado por un famoso científico Carl Sagan entre otros connotados hacia la constelación de Hércules, donde se encuentra un conglomerado de unas 300 mil estrellas. Viaja por con la mayor potencia de aquellos tiempos, sin embargo no previeron los polvos cósmicos que posiblemente dañarían el mensaje y con ello lo restante sería prácticamente indescifrable, no sabemos si el mensaje llegará completo a algún destino, por lo pronto lleva un recorrido de 48 años con billones de kilómetros recorridos.
En 1977 se lanzó la sonda espacial Voyager y entre otros artefactos llevó un disco de oro, Carl Saga decía que era como lanzar una botella al mar, se considera una capsula del tiempo, para llegar a la estrella más cercana tardará unos 40 mil años, el disco contiene saludos en 55 idiomas, diversos sonidos como: lluvia, viento, cantos de aves y diversos animales, latidos del corazón, código morse, música clásica, de nuestro país lleva “el cascabel” de Lorenzo Barcelata, la discográfica de los Beatles se opuso a que llevara la melodía Abbey Road. Ondas cerebrales e imágenes entre otras muchas cosas.
La aventura de enviar mensajes para ver si hay alguien ahí, es una necesidad de no sentirnos solos en el universo, haciendo que hayamos enviado más o menos un centenar de mensajes.
Hoy nuevamente se prepara la Universidad de Cambridge y la de Pekín para el envío de sus radiotelescopios. El contenido llevará conceptos básicos de matemáticas de física, la composición bioquímica de la vida, la posición del Sistema Solar, termina con imágenes del ser humano invitando a responder a cualquier forma de inteligencia. El proyecto se llama “Faro en la galaxia” se encuentra en periodo de revisión para enviarlo posiblemente en el mes de octubre de este año. También se levantan voces que hablan de un posible “hubiera” de entidades hostiles, haciéndoles una invitación. Se imaginan una civilización invasora. Con estas aseveraciones teóricas emitidas parecería que nos encontramos en el límite entre la ciencia ficción y la realidad tangible. El tiempo nos dirá.
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).
Comentarios