Mientras el país enfrenta problemas graves de seguridad y los nubarrones de una galopante inflación amenaza con encarecer los precios de la canasta básica, el presidente y su secretario de Gobernación andan más preocupados por la revocación de mandato que por resolver los problemas. Lo peor de todo es que le Ejecutivo federal se ha preocupado más en violar la ley, atacar al INE y sus consejeros, en lugar de gobernar a la nación. Su autopromoción, en un contexto de violencia y desempleo, ocasionado en gran parte por la pandemia, sólo demuestra falta de tacto político.
Además, no hay que olvidar que esta semana será muy importante y crucial, ya que se definirá el futuro de la reforma eléctrica. Una reforma que de antemano está polarizando a los actores opositores con los miembros de Morena. Por cierto, se sabe que los focos rojos se han encendió el en búnker obradorista, ya que no contaban con la postura que, en esta última semana, ha asumido el PRI.
Y es que, durante varias semanas se hablaba de que los operadores morenistas ya contaban con los votos del Tricolor. De modo que el avance y aprobación de la reforma eléctrica del presidente López Obrador se vislumbra muy complicada. Como dijeran los piñateros; se les está haciendo bolas el engrudo.
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