La bajeza con la que se maneja la actual administración federal es inaudita. En otras administraciones, incluso las priistas, las respuestas a los reclamos de los grupos sociales, ambientalistas, políticos, estudiantiles, tenían un toque de respeto y diplomacia. El gobierno invitaba a los que reclamaban a presentar las pruebas de su reclamo; en ocasiones daban respuesta a esos reclamos o argumentaban las razones del actuar del gobierno. Sin embargo, en esta administración no se puede hacer un reclamo al gobierno porque de inmediato viene el reproche infantil.
Ahora que un grupo de celebridades ha pedido se considere cambiar el rumbo del Trena Maya para que se cuiden los ríos subterráneos y los cenotes, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) responde como si de el reclamo se hiciera en un patio de vecindad: «¿Dónde estaban los pseudoambientalistas cuando hace años empezó la verdadera devastación del sureste de México?».
Y como si hiciera responsables a esos que llama “pseudoambientalistas”, enumera una serie de ecocidios que ocurrieran en sexenios pasados. No hay nivel, la puerilidad con la que se manejan en esta administración es muy semejante a los dislates del propio presidente de México.
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