Clasismo

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Salvador Muñoz / Es viernes, relájese al menos de aquí al domingo, si es que le tocan elecciones extraordinarias… si no, ni se ocupe ni preocupe, ni se aflija ni se afloje… deje que le cuente:

A Pablo, su papá le quiso dar una lección por obtener malas calificaciones en su escuela privada. Por eso, de castigo, lo metió a la primaria Venustiano Carranza donde la mayoría de los estudiantes éramos hijos de obreros, ferrocarrileros, tenderos, campesinos, verduleros, y por allí, uno o dos vástagos de algún funcionario de Ferronales, de Doctor o empresario

Quiero entender que el castigo era de cierto modo, dejar a sus amigos y lo bonito de su escuela para enfrentarse a léperos de pantalones con parches y zapatos raspados… Pablo la pasó muy mal en ese cuarto año por llegar impecable al salón de clases: camisas de vestir y pantalón hechos a mano por lo perfectos que le quedaban; con un peinado engomado que contrastaba con el de la mayoría, pelos parados, gallos, uno que otro con base de limón o con piojos; y a ello se le sumaba su rostro tipo Ricky Martin… no recuerdo si terminó el año escolar, pero en quinto ya no lo vimos…

No sé qué haya pasado por la cabeza del padre de Pablo cuando lo castigó enviándolo a una escuela pública, pero a estas alturas de mi vida creo que tuvo algo de clasismo…

Esta anécdota viene a cuento por un comentario que vi en Facebook que decía más o menos así: “quienes defienden el AIFA de seguro en su vida no han conocido un aeropuerto internacional…” ¡Ouch! Sí, ha de tener un algo de razón, ¿pero también tendrá algo de ese clasismo que tanto aboga el presidente Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras?

Discriminar a alguien por su condición socioeconómica y hasta por su apariencia, es como entiendo el clasismo, y de cierto modo, creo que igual se da para arriba como se da para abajo.

El piropo igual es una forma de clasismo… 

Si yo, periodista, feo y pobre, le echo una flor a una mujer, es acoso… si Carlos Brito le echa una flor a una mujer, es ocaso… si Bingen le echa una flor a una mujer, ¿acaso se enoja?

También hay el Clasismo Religioso aunque no lo crea

–Este domingo, primero Dios y la Virgen de Guadalupe, vamos a ganar las elecciones…

–Este domingo, de acuerdo a la campaña que hicimos, combinada con los apoyos prometidos desde Platón Sánchez para los de Chiconamel, ¡vamos a ganar!

¿Ve la diferencia?

El que me encanta es el Clasismo de oficios… Dígame si no ha escuchado alguna vez a alguien soltar esa perla de su boca cuando dicen “¡Tenía que ser taxista!”

El clasismo comparativo es utilizado para amenazar a los escuincles pretendiendo incentivar sus aspiraciones: “Si no estudias, vas acabar como ese señor” y señalan que al barrendero, que al del carro de la basura, que al bolero… esto ocurre mientras espera que llegue el urbano.

Las redes sociales abrieron el clasismo en positivo o en negativo… hay quienes criticaban a los usuarios porque su techo era de lámina o porque las paredes eran de ladrillo, sin revocar, pero el asunto es que a la gente que subía sus videos realmente les valía madre esos comentarios

Uno que recuerdo mucho es la chica que presume su I-Phone última generación, ¿a bordo del metro?

El clasismo geográfico: Siendo chaval, en la Ciudad de México, un tío me lleva a una cena que tendría con su socio, y al percatarse de mí, el señor pregunta:

–¿Y este niño?– Mi tío responde –Mi sobrino, de Orizaba– y el socio dice: “Aaah! Provincianito”

A lo mejor exagero, pero sí sentí el tonito medio mamila…

Hay clasismo político y no es de ahora… los “pobres” de la política hoy son los Morenos, pero hace años, este papel lo desempeñó el PRD cuando surgieron sus tribus y empezaron a despedazarse entre ellos… antes de eso, era como una especie de refugio para la izquierda intelectual.

Los del PAN eran (son) considerados los ricos y sabrosos de la política… bien vestidos, perfumados, de barbita bien cuidada y modositos a la hora de hablar… hasta que conocimos a Pancho Cachondo (qepd)…

La raza, el pueblo, ésos eran los del PRI…

A estas alturas de mi vida, el clasismo que vivo todos los días se concentra en dos aspectos: En quienes somos pendejos y en quienes creemos que no somos pendejos

Pasen bonito fin de semana!

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