Edgar Hernández* / No se sabe si es por voluntarismo.
Tampoco si es de huevos o de ovarios, pero lo cierto es que Cuitláhuac García se ha pasado por el arco del triunfo el mandato legal de la Suprema Corte de echar abajo la Ley de Ultrajes a la Autoridad y poner en libertad a más de mil 200 veracruzanos atropellados por la llamada “Ley Garrote”-
Ya desde el pasado 21 de diciembre la Comisión Nacional de Derechos Humanos, emitiría la recomendación 146/2021 en donde le alertaba los graves prejuicios contra la ciudadanía la vigencia de dicha ley.
Y ya desde entonces el mandatario haría público que enviaría una iniciativa para derogar dicho delito “en sus términos ya que no se puede aceptar una recomendación a medias”.
Lo anterior sería la resultante de la aprehensión de seis jóvenes en Xalapa, a quienes se les imputó ese delito que los llevó a pasar varios meses recluidos en el penal de Pacho Viejo, mismo que obligó al líder del Senado de la República, Ricardo Monreal a intervenir.
Fue en este punto donde la puerca torció el rabo ya que al registrar Cuitláhuac la injerencia del morenista opositor a las aspiraciones presidenciales de Claudia Sheimbaum, decidió montarse en un coraje que hoy día no le hace digestión.
Así, el 22 de diciembre, un día después de la recomendación de la CNDH, se sucede la sorpresiva y nada casual aprehensión de José Manuel del Río
Virgen, uno de los más cercanos a Monreal acusado da autoría intelectual en un homicidio de tintes políticos en Cazones de Herrera.
Semanas después, ya para el 28 de febrero la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación, ordenaría la derogación del delito de Ultrajes a la Autoridad por ser una “limitante a la libertad de expresión pues penaliza la expresión ciudadana frente a las autoridades”.
Y ahí el acabose.
Cuitláhuac a regañadientes tomaría nota no sin antes amenazar que enviaría una iniciativa con los mismos propósitos, pero con otro nombre, decisión que horas después echaría abajo ante la controversia nacional suscitada y, muy seguramente, por instrucciones de Palacio Nacional desde donde se observa –y perdona- las repetidas torpezas del gobernante,
En paralelo, regresando al tema del Río Virgen, el pasado 9 de marzo, un juez de distrito le concede un amparo a José Manuel del Río Virgen, para que en los siguientes 10 días el juez de control lo llame a audiencia y le otorgue la libertad inmediata.
Hoy estamos a 23 de marzo y aun no sucede nada.
Pero sí la persistente pataleta de Cuitláhuac quien acusó de corruptos y “políticos caducos” a quienes defienden a Del Rio, en alusión directa al morenista Monreal y el propio senador Dante Delgado, a quienes sin llamarlos por su nombre los califica de “tapaderas de los perversos asesinos”.
Fustiga asimismo, en plena invasión de poderes, al juez federal Jesús Arturo Cuéllar Díaz al considerar que se excedió “grotescamente” al conceder el amparo. “Es muy lamentable que la mano negra del influyentismo pervierta un proceso judicial”.
Dicho señalamiento lo hizo sin considerar que más que la “mano negra” que observa en este proceso, es la mano prieta de los propios morenos. Es la lucha de las tribus del mismo partido igualita a la que se trae Cuitláhuac con Gutierritos que quiere ser gobernador a contrapelo de la apuesta del Cuícaras que es por Rocío Nahle.
El punto es que el berrinche eventualmente hubiera quedado en eso, en un enojo de nena, a no ser porque a la fecha ni están libres los mil 200 ultrajadores beneficiados con la derogación de la Ley Garrote, incluidos los 40 jefes del plazas pertenecientes al crimen organizado que alarmantemente señaló Cuitláhuac como beneficiarios, sino que Del Río no termina por ser puesto en libertad.
Criticas como la de hoy del diario Reforma en el sentido de que “A tono con los días de Cuaresma, el morenista Cuitláhuac García es el Rey del Carnaval de la ilegalidad en Veracruz. Cosa que ver que a casi un mes de que la Suprema Corte invalidó por inconstitucional el delito de Ultrajes a la Autoridad, ¡sigue vigente!”, simplemente le valen madre.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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