Es bien sabido que esperan soltar el nombre de quien venga a ocupar las chanclas de Lázaro Medina, hasta el último momento, de esa manera los cuatro o cinco desencantados no tendrán tiempo de trabajar para otros candidatos. O al menos eso es lo que ellos creen. ¿Tendrán el valor de poner a una mujer como Lidia Lizbeth Castro Morales? O seguirá insistiendo Lázaro Medina en impulsar Tirso Ánimas, o acaso le estarán apostando a Francisco Javier Carretero Villanueva, quien por cierto tiene información privilegiada del tejemaneje de los dineros de la Sección 32.
Lo cierto es que, el ungido de la 32 tradicionalmente es aquel que casi no asoma la cabeza, es el que, si antes no saludaba, ahora lo hace con una sonrisa a flor de piel, él es el que evita ser fotografiado y no quiere llamar la atención a su persona. De modo que la moneda está en el aire y los miembros del Equipo Político deberán entender que los tiempos han cambiado, allá ellos si quieren vivir de recuerdos y si quieren seguir manejando maneras de hacer política sindical del siglo pasado.