Sin embargo, cuando se trata de su secretario de Gobierno, ese que lo tiene agarrado de las partes nobles por quién sabe que oscuro secreto, no hay delito que perseguir, ningún delito que suponer. Una vez que se atrapó al supuesto “sobrino” de Éric Cisneros Burgos, ese que lo acusó de estar coludido con el crimen organizado, el gobernador, como si fuera el tutor del Bola 8, como si él respondiera por sus pecados, de inmediato, antes de la investigación siquiera, salió a decir que «se demuestra la falsedad del video que trató de involucrar al secretario de Gobierno, Eric Cisneros, con el crimen organizado».
Todavía ni interrogaban al supuesto sobrino, pero como si fuera un Miércoles de Ceniza, el gobernador le puso una cruz en la frente a su querido secretario de Gobierno.
