Por cierto, esto lo dijo evitando reconocer las torpezas del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, quien insiste en lanzar una ley que le permita seguir reprimiendo a los veracruzanos. Ahora, a toro pasado, el presidente de México ya se pone del lado de las libertades, cuando desde hace meses se estuvo dirimiendo el tema en los medios informativos, acusando que el delito ultrajes a la autoridad era un instrumento de represión, una manera de tener a los adversarios políticos sometidos.
«Yo soy partidario de que se mantengan las libertades, prohibido prohibir libertades», dice después de la SCJN le dio un revés a su pupilo, el honesto. Hierve la sangre al darse cuenta de tanta hipocresía.