*Poco considerada la actitud del Presidente con una dama
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / SE ACABARON las especulaciones. Olga Sánchez Cordero no renunció a la Secretaria de Gobernación porque estuviera cansada o ansiara regresar al Senado de la República donde le dieron como premio de consolación la Presidencia de la Mesa Directiva de esa cámara, ni siquiera la Junta de Coordinación Política que detenta el zacatecano Ricardo Monreal Ávila, sino porque, tácitamente la corrió el Presidente Andrés Manuel López Obrador que este lunes, “caballeroso” como suele ser, prácticamente ridiculizó a la ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al argumentar que Sánchez Cordero tenía una mala relación con el ex consejero jurídico, Julio Scherer: “no tenían buena relación y yo necesitaba que me ayudaran para atender asuntos de tipo político, de relación con gobernadores, incluso con el Poder Judicial, con la Fiscalía (…) necesitaba yo a una gente como Adán (Augusto López que le dice “si” a todo lo que le ordena AMLO)”, y aunque trato de apaciguar el golpe, este ya estaba dado, autoritario como suele ser, peor aun cuando sus encuestas le indican que el escándalo de su hijo no afectó su popularidad: “la licenciada Sánchez Cordero, una muy buena persona, una profesional, pero habían discrepancias, y yo necesito tener a quien me ayude por entero y que se dedique en armonía con la Consejería Jurídica y con otras áreas a resolver problemas, atender problemas” (como dando a entender que la, entonces, Senadora con licencia no lo hacía). Por ello, al hablar de las denuncias del abogado Juan Collado contra el exconsejero jurídico Julio Scherer –que este lunes hicieron crisis-, el presidente López Obrador admitió que no había buena relación con Olga Sánchez como secretaria de Gobernación, por lo que decidió cambiarla por Adán Augusto López. “No tenían buena relación y yo necesitaba que me ayudaran para atender asuntos de tipo político, de relación con gobernadores, incluso con el Poder Judicial, con la Fiscalía; que hay asuntos de Estado; Ayotzinapa o los amparos, y necesitamos relaciones en lo fundamental, en lo básico cuando está de por medio el interés general con el Poder Judicial y necesitaba yo a una gente como Adán, para resolver. Y buscando los equilibrios, se decidió también lo de la Consejería Jurídica (la salida de Scherer) para resolver problemas.
EN AGOSTO de 2021, Sánchez Cordero fue sustituida en la Secretaría de Gobernación por él, entonces, Gobernador de Tabasco Adán Augusto López, y regresó a su escaño en el Senado. El movimiento fue anunciado, primero por el líder de la bancada de Morena en la Cámara Alta, Ricardo Monreal, y confirmado poco después por el presidente López Obrador que anunció que el, entonces, gobernador de Tabasco, Adán Augusto López sería el nuevo titular de Gobernación. Sánchez Cordero (74 años), prestigiosa jurista y exministra de la Suprema Corte, abandonaba el cargo que asumió en diciembre de 2018, dejando un reguero de desencuentros y críticas dentro del Gobierno. “Fueron tiempos intensos”, resumió la ya exsecretaria en el video de despedida grabado en el Palacio Nacional y publicado en redes sociales junto a López Obrador y su relevo en el cargo. “Intensos porque así es también la gran transformación que usted está encabezando y con la que estoy plenamente comprometida y con la que continuaré desde el Senado”, añadió tras el anuncio oficial de AMLO, que admitió que en su momento tuvo que convencerla porque “quería dejar el antecedente de que una mujer pudiera ocupar por primera vez ese cargo”. “Me ha ayudado mucho, la estimo. Ha sido leal”, añadió el presidente. Se dijo que doña Olga iba a un puesto estratégico ante una segunda parte del sexenio donde Morena necesitará llegar a acuerdos con la oposición para sacar a adelante las reformas estructurales pendientes, y la ex ministro de la corte era la persona indicada. Vaya vacilada.
LO CIERTO es que la trayectoria de Sánchez Cordero en la Secretaría de Gobernación siempre estuvo salpicada de polémicas y desencuentros dentro del Gabinete y su partido. Su promesa de implementar una perspectiva de género en la agenda oficial encontró numerosos obstáculos. Desde los recortes presupuestarios al recelo de López Obrador ante la emergencia del movimiento feminista hasta convertirlo en ocasiones en uno de sus principales adversarios. La austeridad impuesta por el Gobierno de Morena asestó duros tijeretazos al Instituto de las Mujeres, ahogando además los recursos de los Estados contra el machismo. La secretaria fue también una de las voces más enérgicas al pronunciarse contra la candidatura a la gubernatura de Guerrero de Felix Salgado Macedonio, acusado de violación y abuso sexual. Un caso que ilustró el modo defensivo del Gobierno en ese tipo de asuntos. El presidente permaneció hasta el final enrocado aduciendo una campaña orquestada por sus adversarios políticos. Unos argumentos similares a los expuestos ante la emergencia del movimiento feminista y sus demandas de justicia e igualdad en un país donde 10 mujeres son asesinadas cada día y 4 de cada 10 han sufrido violencia sexual, según un estudio independiente.
SANCHEZ CORDERO tuvo fricciones desde siempre con el machismo de AMLO y de su gabinete, aun cuando usa a las mujeres como escudos para defender una equidad de género que no acaba de aterrizar. Una de las primeras fricciones interna de doña Olga llegó el verano de 2019 en el marco de las negociaciones para el acuerdo migratorio alcanzado con Donald Trump en 2019. La marcada intervención del secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard tensó la cuerda dentro de la Administración, inaugurando las discrepancias que continuaron hasta la renuncia de Sánchez Cordero. Ebrard fue el encargado de liderar la negociación del acuerdo migratorio con Trump en medio de la difícil crisis diplomática con EE UU, que amenazaba con imponer duros aranceles. Su omnipresencia arrinconó por el camino a otras dependencias del Gobierno, como la Secretaría de Gobernación de la que dependen orgánicamente las competencias de Migración. Las discrepancias internas llegaron a provocar incluso la salida del titular del Instituto Nacional de Migración. Y apenas un mes después de sofocada la crisis, el presidente consolidó a golpe de decreto la entrega total de la política migratoria a la Cancillería.
MEXICO SIGUE siendo un polvorín de conflictos que no han terminado ni con el ascenso de Adán Augusto López y la salida de Julio Scherer, por el contrario se han agravado, y lo demuestra la explosión de inseguridad y los fusilamientos de personas como en Michoacán, la crisis con Estados Unidos cada vez más tensa, el descontrol del Presidente ante infinidad de temas que quiere apagar a sombrerazos, entre otros la confrontación con los medios de comunicación y los 8 asesinatos de periodistas en lo que va del año, la creación de empleos, pero la mayoría en la informidad a falta de inversión. En fin, doña Olga a quienes los cercanos de AMLO comenzaron a llamar el “florerito”, dejó muchos proyectos en el tintero debido a que algunas muy poderosas personas cercanas al presidente no querían que ejecutara ni destacara en absolutamente nada. Sin embargo, su trayectoria y comportamiento hablan por sí mismos, y en la cámara alta demuestra su valía como mujer, profesionista y senadora, aun cuando AMLO la halla echado del gabinete. OPINA [email protected]
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