Patricia Armendáriz cree que todas esas acciones abyectas y vergonzosas le dan licencia para ser cínica. Es por ello que, en el pleno de la Cámara de Diputados, a la hora de defender la Ley de Disciplina Financiera hizo, a sus 66 años, un striptease, despojándose de las vestiduras de honesta, mostrando las arrugas de su corrupción.
La señora confesó: «El pago era en efectivo, mis comisiones eran en efectivo. Llenaba mis cajones y los mandaba a Suiza, y además, de eso, en el peor de los casos si me das tu estructura ahí te va el moche. En el mejor de los casos si era una persona decente me cobraba yo ‘mis honorarios inmensos’, porque solo yo sabía restructurar y porque además me mandaba el presidente en turno, y en el peor de los casos te volvía yo un corrupto presidente, porque corrompimos a los presidentes». ¡¿Así o más cínica?!