Los hechos sucedieron en un vecindario de Baldwin Park, en Orlando, donde Sharon paseaba a su perro tranquilamente cuando se encontró un niño que pedía ayuda porque estaba perdido. La mujer decidió ayudarlo y le prestó el teléfono al menor. El niño llamó a un adulto y puso el teléfono en altavoz, posteriormente pidió permiso de buscar a su familia por medio de la aplicación de mapas y se fue.
Dos días más tarde Sharon comenzó a recibir alertas bancarias de transferencias que no había realizado y tras pedir informes en la aplicación, supo que se realizaron el mismo día que vio al niño. Debido a la situación, el banco decidió regresarle el dinero a la mujer, sin embargo, estará disponible hasta que concluya la investigación.