Otro detalle importante es que, aunque la petrolera Baker Hughes declaró en un comunicado que Keith Schilling ya no era ejecutivo de su empresa, la verdad es que Schilling seguía siendo ejecutivo de Baker Hughes mientras José Ramón López Beltrán y Carolyn Adams vivieron en su propiedad. Mientras tanto en PEMEX los contratos millonarios le llovían a Baker Hughes.
Dice la periodista Peniley Ramírez que para desenredar este entuerto bastaría con que los implicados mostraran los documentos de arrendamiento, los cuales por cierto deberán estar inscritos en un sistema de bienes raíces, pues en todo caso ambas partes, arrendador y arrendatario estarían evadiendo impuestos al gobierno de los Estados Unidos.