De inmediato se implementó un Código Rojo, con lo que se logró dar con el domicilio de los agresores, quienes vivían en la misma colonia Libertad. Los menores intentaron huir, pero no lo consiguieron. En la casa donde los ubicaron la policía encontró tres armas largas AR-15, varios teléfonos celulares, cartuchos útiles, chalecos tácticos con porta cargadores, dispositivos poncha llantas.
Una de las armas que encontraron, una navaja, todavía tenía restos de sangre de las víctimas. Las autoridades están investigando quién proporcionó este equipo y armas a los menores, quién les ordenó matar o de qué manera operaban ellos como una banda delincuencial.