«Lo dejó dos horas -el producto- pasa media hora, sale al balcón a fumar y le dije “Pati ya pasó media hora” y me dice que no, que aún no y viene a checar y pasamos -a lavarse el cabello. Me manda una foto con el pelo en –el bote de basura–», comentó la madre de la joven en una entrevista local.
Sheila no se quedó de brazos cruzados, ya que reclamó lo que estaba pasando, pero a la primera queja, la peluquera le dijo que se estaba volviendo loca. La idea de esta chica era festejar su fiesta en mayo, pero ahora no lo hará ya que su cabello era lo que le daba su esencia; ahora usa peluca.