Aunque los empresarios debían de conocer los costos y problemas al querer abrir un restaurante, la demanda alega que Oren Loni, el dueño de la marca, se aprovechó de la falta o brecha de conocimiento de las personas. Además, varios de los afectados mencionaron que el hombre se negó a dar reembolsos en caso de no encontrar ubicación o no tener financiamiento para abrir el restaurante.
Se sabe que por lo menos la mitad de las personas que colaboraron se encuentran actualmente envueltos en deudas. En caso de que la demanda sea favorable para las víctimas, Loni no solamente deberá dar un reembolso a las personas que estafó, sino que también deberá dar una compensación por el dinero perdido.