Fue por ello que el presidente dijo que las relaciones entre España y México deberían tener una pausa, una pausa que después reculó, «es una protesta respetuosa y fraterna. Vamos a serenar la relación. Que ya no se esté pensando que se va a saquear a México. Es una falta de respeto. Deberían ofrecer disculpas. No lo han hecho. No importa. Vamos a una etapa nueva». Habla el presidente de favoritismos en el momento en que sale a la luz que un ejecutivo de Baker Hughes, rentó una casa de un millón de dólares a su hijo José Ramón López Beltrán; Baker Hughes que ahora se sabe ha recibido contratos de Pemex por miles de millones de pesos.
Claro, en este caso, dice el presidente, no hay favoritismo, porque todo está transparentado. Pero resulta sigue siendo sospechoso ese favoritismo transparentado que se debe de investigar. Pero como está involucrado su hijo, pues no se va a investigar, como no se están investigando los millones que recibió Pío para las campañas de su hermano Andrés Manuel López Obrador.