Bernardo Gutiérrez Parra / “Si creen que nos van a inquietar, que nos van a intimidar o incluso que nos van a ‘tumbar’, están mal. Si piensan que con eso van a espantar a mi gobernador qué risa me dan”, me comentó con ese exceso de petulancia y engreimiento que los caracteriza, un moreno de los considerados “puros” sobre la manifestación del sábado anterior en la Plaza Lerdo.
Y es que ese día se plantaron en las escalinatas de la Catedral (pegada a la Plaza) los senadores Dante Delgado, Julem Rementería e Indira Rosales, además del diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla, el ex legislador Héctor Yunes Landa y varios actores políticos, activistas, dirigentes de organizaciones sociales y gremiales, académicos y abogados, para dar a conocer el “Movimiento por la Justicia”.
¿Cuál es el fin de este Movimiento?
Poner en libertad a mil 33 veracruzanos acusados de ultrajes a la autoridad.
Es decir, si Cuitláhuac García y sus muchachos pensaron que con la desaparición de la Comisión Especial del Senado que investigaría las arbitrariedades que se están cometiendo en Veracruz terminaría la bronca, qué equivocados están.
El Movimiento está integrado por políticos de diferentes partidos, pero además por connotados abogados como Tomás Mundo Arriasa, académicos de prestigio, activistas sociales como Bryan LeBarón (que estuvieron en la Plaza Lerdo) y ciudadanos respetables que van a dar mucha guerra porque, “no vamos a permitir que se vulneren los derechos de veracruzanos inocentes que están encerrados como si fueran criminales”.
Principal orador en el evento, el ex gobernador Dante Delgado fustigó a quienes se han pasado las leyes por el forro: “El abuso de poder tiene consecuencias; tarde o temprano termina la impunidad. Todos los funcionarios que han atentado contra la libertad de inocentes tendrán que pagar por sus actos criminales. Irán a prisión y entonces entenderán el terrible daño que le han causado a miles de veracruzanos inocentes.
“José Manuel (del Río Virgen) es inocente y fue encarcelado por órdenes del gobernador de Veracruz (Cuitláhuac García). Mil 33 personas están privadas de su libertad injustamente, sin pruebas, sin juicio, sin sentencia… Mil 33 vidas han sido truncadas, mil 33 familias están separadas y han sido obligadas a procurar la defensa de personas inocentes. Todo porque un Gobierno autoritario elaboró y logró la aprobación del delito de ultrajes a la autoridad con prisión preventiva, que no es otra cosa que un instrumento de represión, un medio para encarcelar inocentes y mantenerlos presos injustamente”, dijo.
Y a renglón seguido sentenció: “Aunque habrá y es importante destacarlo, una sola diferencia: que ellos sí son culpables y pagarán con creces el terrible daño que le han causado a Veracruz y a su gente”.
El legislador federal José Francisco Yunes Zorrilla, también presente en el evento, expresó en sus redes: “Convencido de que los veracruzanos merecemos vivir sin miedo y en un estado de derecho, en el que se respeten la ley y las libertades, asumo el compromiso del #MovimientoPorLaJusticia integrado por organizaciones sociales, colegios de profesionistas, académicos y ciudadanos”.
Pero displicente, el moreno “puro” los descalificó a todos. “Pura patraña eso de que mi gobernador ha ordenado esas detenciones. Esos mil 33 que dice Dante son delincuentes. Lo que en realidad quieren es tumbar a mi gobernador pero no lo van a lograr. ¿Viste cuántos hubo en la manifestación? Ni siquiera llenaron las escalinatas de la catedral. Son poquitos… no nos harán nada. Seguimos firmes, no nos van a tumbar”, me dijo.
Y aunque no se trata de tumbar a nadie lector, por asociación de ideas me fui a la noche del 20 de noviembre de 1910 cuando en el Castillo de Chapultepec, don Porfirio se burló de Francisco I Madero al saber que había cruzado el río Bravo rumbo a territorio mexicano con apenas cincuenta sujetos mal armados y casi desarrapados.
¿Y con ese “ejército” piensa hacer una revolución para tumbarme?, preguntó el viejo con sorna.
Y con ese ejército Madero hizo una revolución y lo tumbó.
Moraleja para quien quiera leerla: Nunca menosprecies a nadie por su pequeñez numérica, porque puede crecer como la corriente de un río cuando viene la tormenta. Y entonces…
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