De ahí en adelante se desató la guerra de declaraciones que hoy conocemos y que llevó a la detención del secretario técnico de la Jucopo del Senado. De igual, como el presidente Andrés Manuel López Obrador lo hace constantemente, pierde la valiosa oportunidad de quedarse callado. Su inquina y crítica contra Carmen Aristegui solo han generado un ambiente de hostilidad y, aunque no lo reconozca, le generan cierta inestabilidad política.
Hoy el gobernador veracruzano, siguiendo las pisadas de su mentor, sale a declarar que «vio más gente en la cola de las tortillas, que en la movilización que hicieron», refriéndose al Movimiento por la Justicia que encabeza el senador Dante Delgado Rannauro. Lo que el hijo del profe Atanasio olvida es que no todo se trata de gente, sino del golpe mediático que representa exhibir a Veracruz como un estado donde se violentan los derechos de los veracruzanos a nivel nacional.