Roberto Palazuelos dijo que él admiraba al Chapo Guzmán, uno de los narcotraficantes más despiadados después de Pablo Escobar. Admirar al Chapo es admirar al delincuente, al asesino, al que ha estado envenenando a millones de jóvenes en México y el mundo. Pero eso no lo entiende Palazuelos, quien quiere ser gobernador de Quintana Roo, uno de los estados que en este momento está en manos del narco. Por sus dichos y por sus antecedentes, Roberto Palazuelos ha merecido la crítica de muchos periodistas y analistas, entre ellos Lydia Cacho.
Ante esto el precandidato de Movimiento Ciudadano ya amenazó con ajustar cuentas con las personas que, según él, participan en esta guerra sucia: «A mí ninguna guerra sucia me va parar y todas esas gentes que están difamándome, que están haciendo cosas, yo estoy apuntando, no crean que no, estoy apuntado, estoy apuntando y estoy tomando nota. Ya llegará el momento, cuando yo sea el titular del Ejecutivo, que ajustemos cuentas». Es decir, para eso quiere ser gobernador de Quintana Roo, para ajustar cuentas contra los periodistas.
Vale señalar que Lydia Cacho ya sufrió los “ajustes de cuentas” por parte de Mario Marín y Kamel Nacif. Es por ello que Patricia Mercado, senadora de Movimiento Ciudadano reclamó: «Es gravísimo que Roberto Palazuelos amenace con un ‘ajuste de cuentas’ a una mujer que defendió sus derechos laborales. Es inadmisible amenazar con usar un eventual poder como gobernador para tomar venganzas personales». Pero qué se puede esperar de un tipo farandulero que por su celebridad quiere ser gobernador.
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