Pietraoerzia es una pequeña ciudad de la isla de Sicilia en Italia, donde seis miembros de una familia murieron de coronavirus en poco más de un mes. Los familiares que sobrevivieron y que sí estaban vacunados, dijeron que esos miembros de la familia en particular no se quisieron vacunar porque les habían contado lo que sufrieron algunos vacunados con las secuelas. El caso es que uno a uno se fue contagiando; uno a uno tuvo que ser hospitalizados en el hospital Umberto I de Enna. Sin embargo, la enfermedad no cedió, pues al no estar vacunados, sus anticuerpos no pudieron combatir el coronavirus.
Primero murió el abuelo de 80 años, después la abuela de 78 años. De ahí le siguieron un hijo de 50 años y una hija de 55 años. Otra familiar que los frecuentaba también murió, finalmente murió la última hija de 52 años. Seis miembros de una familia que no se quiso vacunar. «Estamos devastados. Lo hemos perdido todo», dijo una de las sobrinas de 25 años.
Cuando en el medio local le preguntaron por qué esos familiares no estaban vacunados, ella respondió: «Tenían miedo porque había amigos y conocidos que habían sufrido las consecuencias de la vacuna y, por lo tanto, todos habían decidido no hacerlo». El director del hospital donde estas personas fueron atendidas declaró: «Esta tragedia familiar demuestra que la única arma para evitar consecuencias tan nefastas es la vacuna».
Comentarios