El voto que obtendrán los candidatos a las siete gubernaturas que estarán en disputa en la próxima elección, será una muestra de lealtad comprada y de un agradecimiento secreto que emitirán millones personas de la tercera edad, de jóvenes sin trabajo ni estudios y de grupos de personas con alguna discapacidad.
No se trata de resultados, se trata de una descarada estrategia electoral que al presidente de México le ha funcionado. No es poca la evidencia de corrupción en la impoluta 4T, comenzando con los hermanos del presidente y ahora con el descarado estilo de vida de uno de sus cachorros. De modo que no hay que confundir la gimnasia con la magnesia, el hecho de que el amo y señor de la 4T sea muy popular, no significa que esté haciendo las cosas bien.