La segunda casa sí es propiedad, y está a nombre de su nuera Carolyn Adams, de quien se dice anduvo de cabildera para que Shell vendiera la refinería de Deer Park al gobierno de su suegro. ¿De dónde salió el dinero para comprar una casa de 19 millones de pesos y un auto Mercedes de un millón 400 mil pesos? Habría que preguntarle a Carolyn Adams, que es la única que trabaja en la casa, porque José Ramón López Obrador, nadie sabe en qué trabaja.
Quizá, como son muchas cosas las que tendrá que explicar el presidente, prefiere mantenerse callado. Claro, mañana saldrá con su discurso de siempre: «Son ataques de los conservadores para desestabilizar la Cuarta Transformación». Al final no explicará nada, lanzará calificativos despreciables a los periodistas y pedirá a su pueblo sabio que no se deje engañar.