Con esta investigación de José Ramón López Beltrán, se contradice el discurso de austeridad de su papá, el presidente de México. López Obrador debe explicar cómo es que su hijo primero ocupó una mansión de un millón de dólares, propiedad de un alto ejecutivo de una compañía petrolera que tiene contratos vigentes en Pemex, y luego se mudó a una residencia recién construida.
Por cierto, el socoyote del presidente se mueve en una camioneta Mercedes Benz valuada en 1.5 millones de pesos. De verdad que, si no hay una buena explicación sobre el estilo de vida del hijo del presidente, su credibilidad se verá seriamente lastimada.