Como ya se ha dicho oportunamente, el coronavirus le da a quien cree o a quien no cree que exista. Es por ello que la incredulidad no es ningún antídoto, pues ya son muchos casos de antivacunas que fallecen después de contagiarse de coronavirus; y los decesos en estos casos son más, pues si son antivacunas, no están vacunados. Tal es el caso de una familia de cinco miembros en Italia, de la cual cuatro miembros murieron después de ser contagiados de coronavirus.
Al estar contagiados todos, primero murió el hijo de 42 años, después los abuelos, Olga Goffi de 94 años y Maurizio Ghella de 92 años. Al final el padre Giuseppe Ferrero de 69 años. La única sobreviviente fue Mamma Rinuccia quien después de la muerte de los cuatro miembros de su familia declaró: «Cada uno toma sus propias decisiones. No quiero hablar de las causas de la muerte de mi hijo por respeto a sus decisiones. No tengo nada que decir. Siempre se inventan todo».
En el pueblo de San Francesco al Campo, Italia, donde la familia era muy querida, también respetan la decisión que tomaron de no vacunarse. El alcalde ha dicho: «Nadie tiene que juzgar las decisiones tomadas. Todo el mundo se hace responsable de ello. Para nosotros, acaba de fallecer una familia que formaba parte de nuestra comunidad».
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