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LeBaron pone en la mira el coctel AMLO-Cuitláhuac-Cisneros-narcos

Mussio Cárdenas Arellano / Unas líneas, una carta, el índice de fuego de Bryan LeBaron sobre Cuitláhuac García, sobre Eric Cisneros, sobre Cuauhtémoc Blanco remitiéndolos al estatus de narcogobernantes en Veracruz y Morelos, por los indicios, las delaciones, la evidencia, por servir al crimen organizado.

Una carta, 12 párrafos, el reclamo por la inacción de López Obrador ante el baño de sangre. Y en ella Bryan LeBaron Jones insta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a investigar los nexos del gobernador de Morelos con los capos de células criminales, y al de Veracruz por la traición del secretario de Gobierno de Veracruz, Eric Cisneros, al Cartel Jalisco Nueva Generación y la protección al Cártel de Sinaloa.

Un sólido y largo argumento, demoledor, exhibiendo el uso de la “soberanía” para garantizar la complicidad entre políticos y criminales, para defender el “monopolio de la impunidad”.

Un llamado de LeBaron a Biden a hurgar en la violencia mexicana, a indagar, vía sus agentes y la coordinación con el gobierno federal, el actuar de políticos “que puedan ser cómplices del crimen organizado”.

Y los categoriza: “muchos de los que gobiernan son criminales ambiciosos que sólo provocan violencia y derramamiento de sangre”.

Sacudido por el misil, López Obrador reacciona como López Obrador. Apela al barullo de la virtud, a la fábula de la honestidad, al ruido mañanero para sacudirse la sospecha, invocando, por enésima vez, el rollo de la soberanía. Eso, apunta, sólo le compete al Estado mexicano.

Cuitláhuac también se retuerce. “El que nada debe, nada teme”, dice con su limitada, exigua capacidad intelectual. Que nos investiguen. Que vengan a Veracruz. Y que investiguen a los ex gobernadores Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares por el crecimiento de los cárteles en sus días de poder.

Pero ni López Obrador es puro y cándido, ni el gobernador de Veracruz se sacude la sombra de sospecha.

La perorata del presidente no desactiva el misil. El misil lo arrasa. Las líneas, el texto, el dedo en la llaga con que Bryan LeBaron insta a Biden a abordar la violencia en México como un tema de “seguridad binacional” son pólvora en los cimientos de Palacio Nacional.

Párrafo a párrafo la carta describe el binomio violencia-corrupción, la muerte y la impunidad, el que jala el gatillo y el político que no aplica la ley. O el político cómplice, el que brinda protección.

Bryan invoca la tragedia de los LeBaron, la masacre de tres mujeres y seis menores en Bavispe, Sonora, acribillados por un comando narco, cosidos a balazos y luego incendiados los vehículos en que se movían. Una de las víctimas era su prima. Varios de los niños, sus sobrinos.

“Hasta la fecha ninguna persona ha sido sentenciada por el asesinato de nuestros seres queridos”, apunta enfatizando en la impunidad.

Y toca a Morelos y Veracruz:

“Hace apenas unos días se dieron a conocer hechos que ilustran un probable nexo entre mortíferas organizaciones criminales transnacionales y altos funcionarios gubernamentales en los estados mexicanos de Morelos y Veracruz.

“El primer caso se trata de una fotografía difundida que muestra al gobernador del estado de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, posando con tres conocidos cabecillas del cártel, así como la aparición de narcomantas o grandes carteles que se colgaban en lugares públicos, detallando la relación entre el señor Blanco Bravo y el crimen organizado”.

Cita el episodio de los nueve cuerpos sin vida que “aparecieron desnudos y empapados de sangre a un costado en una carretera del sur de Veracruz, junto con un mensaje dirigido al secretario de estado de la misma entidad, Eric Cisneros Burgos, político cercano al gobernador del estado de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, acusándolo de ser traidor al CJNG, a favor de trabajar y apoyar a sus rivales, el Cártel de Sinaloa. Como de costumbre, no hay señales de que se esté llevando a cabo una investigación seria por parte de las autoridades estatales y federales”.

Categoriza el informe de Human Wright Watch sobre tortura, secuestro, violencia y asesinato en México en 2021, como “alarmante”. Y “aunque la administración actual en México trata de pintar un panorama diferente cada mañana, las estadísticas reales y las familias en duelo cuentan una historia diferente”.

LeBaron ataca el argumento obradorista de la soberanía para mantener la bendición sobre el crimen organizado:

“El argumento de la soberanía nacional se ha convertido en el pretexto perfecto para garantizar la complicidad que existe entre las autoridades y los criminales en México.

“Le cierran las puertas al mundo para defender su ‘monopolio de impunidad’ criminal, mientras se multiplican los muertos, los cárteles, la droga y la corrupción”.

La respuesta a una crisis internacional, sostiene Bryan LeBaron, requiere una respuesta internacional. “Realmente no podemos hablar de una verdadera soberanía mexicana, cuando muchos de los que gobiernan son criminales ambiciosos que sólo provocan violencia y derramamiento de sangre. Es hora de que hablemos seriamente de la Seguridad Binacional”.

Y vuelve a tocar el tema de Morelos y Veracruz:

“Señor presidente, le pido solicite a las agencias estadunidenses correspondientes que investiguen a fondo lo que está ocurriendo actualmente en Morelos y Veracruz, así como cualquier otro caso en el que los funcionarios puedan ser cómplices del crimen organizado.

“El presidente López Obrador intentará negarlo, pero los hechos son claros. La mayoría de las drogas ilegales que ingresan a Estados Unidos llegan a través de México. Estados Unidos produce las armas y los cadáveres son ‘Hechos en México’.

“Las consecuencias internacionales descritas en su memorandum son muy reales y es hora de que ambos gobiernos tomen medidas concretas para hacer frente a estas organizaciones criminales trasnacionales y los políticos corruptos que trabajan para ellas”.

Doce párrafos describiendo el narcoestado mexicano, los narcogobiernos de Morelos y Veracruz, los téntaculos del narco que atraparon a Cuauhtémoc Blanco, gobernador morelense, exhibido con la fotografía en que posa sonriente con Homero Figueroa, alias La Tripa, cabeza de la organización criminal Comando Tlahuicas; Raymundo Isidro Castro, alias El Ray, en ese entonces líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Morelos, asesinado en octubre de 2019 en un riña en el penal de Morelos, e Irving Eduardo Solano, alias El Profe, líder del Cártel Guerreros Unidos.

Doce párrafos, un alegato y el episodio de los nueve ejecutados en Isla, Veracruz, y el narcomensaje que advierte a Eric Cisneros que la Cuenca del Papaloapan es territorio del CJNG. Y el video en que el sobrino cuenta, detalle el rol del secretario de gobierno de Veracruz, las 20 armas largas y cinco armas cortas, los dos kilos de cocaína y 40 de marihuana y los 5 millones de pesos para reclutar sicarios y vendedores “para calentar la plaza”.

Bryan LeBaron no es un profeta pero acertó en la reacción que tendría Andrés Manuel. Lo va a negar, dijo. Y el presidente lo negó.

No es pitoniso pero adivinó la argucia de López Obrador invocando la soberanía. “El argumento de la soberanía nacional —decía— se ha convertido en el pretexto perfecto para garantizar la complicidad que existe entre las autoridades y los criminales en México.

“Le cierran las puertas al mundo para defender su ‘monopolio de impunidad’ criminal, mientras se multiplican los muertos, los cárteles, la droga y la corrupción”, definió.

López Obrador lo lee y se engalla. Cuitláhuac parlotea. Cuauhtémoc Blanco se indigna. Y el que apenas se defiende es Eric Cisneros.

“El que nada debe, nada teme”, pregona Cuitláhuac García.

“El que nada debe, nada teme”, expresaba Javier Duarte antes de dejar la gubernatura. Y paró en la cárcel.

Así sonría, Eric Cisneros sabe que la DEA lo tiene —los tiene— en la mira.

Archivo muerto

Al filo de las 10 de la noche, el lunes 10, detonó una bomba y los malosos se hicieron sentir. A las puertas de la Policía Estatal, en lo que fuera el penal de Palma Sola, hoy sede del destacamento, se escuchó el estruendo. El fuego alcanzó a tres patrullas, estacionadas sobre la calle Del Penal. Con súbita reacción, varios elementos policíacos se aprestaron a sofocar las llamas. Como pudieron lo hicieron y trasladaron los vehículos al interior. No acudió Bomberos. No llegó Protección Civil. No hubo acción de la Fiscalía estatal. Lo que sí fue el delito en que incurrieron los mandos y la tropa de Seguridad Pública de Veracruz que alteraron la escena de un hecho de violencia. Nadie acordonó el sitio. Se perdieron datos de prueba. Se esfumó la evidencia. Hay delito por violentar la escena del hecho judicial. Y la Fiscalía Regional ni se inmuta. Se sabe que dos individuos a bordo de una motocicleta lanzaron los artefactos explosivos y nada más. Una vez más, Coatzacoalcos y las bombas molotov… Esmeralda Mora se quema en los fuegos propios y hasta en los del nieto. Farit Yael “N” conducía con exceso de velocidad. La Guardia Nacional le marcó el alto. Inició la revisión. Hallaron discrepancia en el número de motor. Le imputaron que había sido remarcado. El vehículo, una camioneta Chevrolet Tahoe, modelo 2016, color negra, con placas de circulación YJB468A, no presentó reporte de robo. Por la presunta alteración en el número impreso en el motor, Farit Yael “N” fue detenido y sujeto a interrogatorio en la Fiscalía estatal en Nanchital, donde Esmeralda Mora Zamudio es presidenta municipal por accidente electoral, porque el PRI rompió la alianza con el PAN y PRD y dividió el voto. A cambio, el líder de la Sección 11 del sindicato petrolero, Ramón Hernández Toledo, retuvo el control de la organización con el visto bueno del obradorismo. Esmeralda Mora ganó la elección por 70 votos sobre Fuerza por México, dejando atrás al PRI y al PAN y entonces el nieto dijo “de aquí soy”. Esmeralda Mora es el callo de Rocío Nahle. Donde la coloca, le provoca dolor. En el Instituto Municipal de la Mujer de Coatzacoalcos solía agraviar a la mujer. Recuérdese el día que compartió un meme en su cuenta de Facebook donde se observaba el rostro de la diputada local Eva Cadena Sandoval, entonces morenista, con cuerpo de perro, cargada por el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Su hija, hoy directora del DIF municipal en Nanchital, Karla Rosas Mora, madre de Farit Yael, apareció en la nómina del ayuntamiento de Coatzacoalcos cuando Esmeralda era funcionaria y existe un caso de agresión a una mujer embarazada. Al amparo de Rocío Nahle, el Clan Mora arrasa con lo que halla a su paso, así salpique a quien les da poder. Ahora le tocó a Farit Yael, detenido por la Guardia Nacional… Carlos de Jesús Mendoza Chesty tiene un pecado guardado en su Caja de Pandora. Es de tipo profesional. Tiene que ver con la honestidad, con la probidad, con la congruencia. Siendo director de Auditoría y Revisión Financiera del Congreso de Veracruz, no vio, no revisó, o lo vio y no pudo hacer nada, o no le permitieron alzar la voz, pero lo cierto es que no documentó un hallazgo sui generis: un desvío de 300 millones de pesos. Y con un agravante: se trata de recursos federales. La Auditoría Superior de la Federación detectó el faltante en la partida 4000, referente a lo entregado por la Federación al Congreso de Veracruz, que es la mitad de los recursos que manejó en el ejercicio 2020. El detalle lo dio el periodista Arturo Reyes Isidoro en su columna Prosa Aprisa, el 10 de febrero de 2019. Mendoza Chesty era un funcionario clave, responsable de observar la aplicación de recursos. Y no actuó. O su jefe mayor, el diputado sátrapa Juan Javier Gómez Cazarín, lo instruyó a mirar y callar. Hoy, Carlos Mendoza Chesty es secretario de Desarrollo Económico en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. A ver si no pierde de vista otros 300 millones de pesos. En política, los pecados de omisión son pecados de corrupción… Hasta el último segundo, Lilia Rivera se aferró al cargo y finalmente se fue. Días antes de concluir la nefasta gestión de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, hizo cambiar la cerradura de su oficina. Era directora de Cultura y Turismo municipal y responsable de la obra del Parque de los Niños Héroes, que presenta severos daños, errores técnicos y tufo a corrupción. Quiso repetir en Turismo. Soñó. Pretendió ser directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM). Soñó. Amado Cruz Malpica, el nuevo alcalde de Coatzacoalcos, no le dio entrada. Ni en Turismo ni en el IMM. Como llegó se fue. Tres años vegetando en la nómina municipal, pues Coatzacoalcos en turismo está en cero. Queda por verse cómo le va a doña Lilia Rivera Sandoval en la revisión de la entrega-recepción. Hay materiales que nadie explica qué destino tomaron… Tan comedido anda Gersaín Hidalgo con el alcalde Amado Cruz Malpica que en su gremio ya lo retratan como el nuevo tapete de la presidencia municipal. “El Tapete” pone a la disposición el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos, antes SUEM. “El Tapete” se tira al piso. “El Tapete” se ve servil. Al “Tapete” le da por el cachondeo verbal. Ya sólo resta que pase Amado y se limpie los zapatos en “El Tapete” y Gersaín se lo va a agradecer…

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