No hay que olvidar que varias agrupaciones de protección animal están en contra del embalse de toros en Tlacotalpan, ya que los animales son trasladados a la orilla del Papaloapan, donde los asistentes los golpean y maltratan, en ocasiones hasta la muerte. Tal parece que ante la falta de resultados en Turismo, Xóchitl Arbesú hace como que la virgen le habla y se muestra como cómplice del alcalde Tlacotalpan, quien prefiere darle gusto a la gente antes que proteger la integridad física de los animales.
De modo que en Veracruz queda demostrado que la Ley de Protección a los Animales para el Estado de Veracruz reformada por última vez en agosto de 2018, sólo sirve para dos cosas. Al menos en Tlacotalpan, donde las autoridades prefieren la barbarie antes que el cumplimiento de la ley.