Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / EL ASESINATO del periodista José Luis Gamboa Arenas, víctima de presunto asalto donde se impuso la barbarie -ya que le propinaron 12 puñaladas cuando deambulaba por el fraccionamiento Floresta del puerto de Veracruz, aunque ahora el Gobernador Cuitláhuac García reconoce que su crimen si está ligado a su actividad periodística-, no es el único hecho de violencia que involucra a los medios de comunicación del Estado. Apenas el 13 de Enero de este año, en bolsas de plástico negras y dentro de una caja de cartón fue encontrado el cadáver de Jordy Dávalos Nieto, de 27 años, quien estaba desaparecido desde el día 11 del mismo mes cuando fue reportado por sus familiares. El cuerpo del destacado artista, creador de arte en maquillaje con una carrera prominente y disciplinado deportista, fue localizado a un costado de la carretera Federal Fortín-Orizaba en el municipio de Ixtaczoquitlán, en el lugar conocido como “La Herradura”, y sin saber de quien se trataba, el Gobernador Cuitláhuac García Jiménez procedió a revictimizarlo como suele ser su fea costumbre en aras de exonerar los yerros de la Fiscalía General del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes tienen el deber de procurar justicia y garantizar seguridad a los gobernados. Fue hasta después de ser reconocido el cuerpo por sus familiares que, trascendió, se trataba del, también, bailarín y artista de body Paint, hijo del conocido periodista cuenqueño –oriundo de Tres Valles-, Elodio Dávalos González, director de Alarma Política de la Cuenca, un comunicador crítico por excelencia, por lo que, independiente de que pudiera tratarse de un crimen de odio ya que si bien el ahora occiso era miembro de la comunidad LGBT, e incluso, Jazz Bustamante, activista de los derechos de esa población escribió en sus redes: Su nombre #JuniorNieto #JordyDavalosNieto, no olvidemos Un creador de arte en maquillaje artístico consumado y con un carrera prominente en crecimiento. También un disciplinado deportista. Abiertamente Gay y con muchos proyectos por concretar, como su propia empresa, el crimen también pudo haber sido consumado en venganza por lo que escribe su padre, y ninguna línea de investigación debería ser descartada.
JORDY DÁVALOS salió de su casa, en Fortín, aproximadamente a las 3 de la mañana del lunes 10, pero su familia perdió contacto con él al pasar las horas, por lo que decidieron acudir a las autoridades en su busca desde el martes 11, cuando publicaron a través de las redes sociales diversos carteles con la fotografía del joven fitness y una lista de señas particulares. Fue su hermana Yadany Dávalos quien redactó un mensaje a través de las redes sociales para que personas cercanas a ellos o su comunidad se sumaran a la búsqueda del también aficionado al ciclismo. “Les agradecería infinitamente que pudieran ayudarme a compartir la publicación, mi hermano se encuentra desparecido, lleva tenis Panam negros con franja naranja y calaveras”. Lo describió como un joven de tez blanca, de aproximadamente 1.65 metros y con tatuajes en ambos brazos, y de acuerdo a la familia, Junior Nieto, como se hacía llamar en Facebook, fue visto por última vez en Fortín, donde vivía, y donde desapareció al momento de salir por la madrugada.
PERO EL día 13 de este mes sobrevino la sorpresa. Muy temprano se informó de un cuerpo abandonado dentro de bolsas negras introducidas en una caja de cartón, lo que motivó un aparatoso operativo policiaco. Tras ser informada, la familia acudió al SeMeFo con la intensión de identificador los restos encontrados, solo para corroborar que eran los de Jordy, el amado familiar buscado, hijo del periodista cuenqueño que, curiosamente, ha decidido guardar silencio en torno a los hechos, y solo pidió que le fueran entregados los despojos para ser velados y trasladados a Paraíso Novillero, comunidad de Cosamaloapan de Carpio, Veracruz donde fueron sepultados. Acto seguido, diversos amigos y clubes a los que se vinculó el artista publicaron mensajes de despedida en sus redes, como por ejemplo, el usuario Tito Vázquez Benítez, a través del grupo Club Huilango que exigió justicia a las autoridades correspondientes. “Que no sea otra víctima más de la inseguridad que se vive. En paz descanse nuestro compañero y amigo”.
ES CURIOSO que, también, la comunidad LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgénero) no haya salido a las calles a protestar como acostumbran, acaso por miedo a algo, o que los medios de comunicación, sobre todo las organizaciones que siempre andan en busca de promoción no se hayan solidarizado con el colega Elodio Dávalos González, director de Alarma Política de la Cuenca, ni en Xalapa ni en la cuenca del Papaloapan, acaso para seguirle el juego al Gobernador y su fea costumbre de criminalizar antes de investigar el origen de un crimen, como ocurrió ahora y ha sucedido siempre. Según la Fiscalía Regional de la zona centro, se inició una carpeta de investigación por lo que podría tratarse de un probable crimen de odio, aunque no se descarta ninguna hipótesis. Solo en redes sociales sus amigos, familiares, la comunidad LGBTI+, deportiva y artística exigen justicia y esclarecer los hechos para que el caso no quede impune.
DE ACUERDO a la activista Jazz Bustamante Hernández, de cada 10 crímenes de odio por orientación sexual, identidad de género y expresión de género cometidos en Veracruz de 2013 a la fecha, nueve se encuentran impunes. Basada en el Informe Impunidad-Crímenes de Odio Capítulo Veracruz, Bustamante Hernández refiere que de 2013 a Enero de 2022 se registraron 248 víctimas mortales por crímenes de odio cometidos en la entidad, y de acuerdo con el Informe, el estado de Veracruz ocupa el primer lugar a nivel nacional en crímenes de odio por orientación sexual e identidad de género desde mayo de 2020, por encima de Guerrero y Chihuahua. El estudio asume que, en el último año, entre Enero de 2021 y Enero de 2022 se registraron 26 crímenes de odio contra personas de la comunidad LGBT+ en Veracruz, y los municipios con el mayor número de personas de esa comunidad en el último año asesinados son del puerto de Veracruz, Coatzacoalcos y Minatitlán, con tres casos cada uno; les siguen Boca del Río, Papantla y Tlapacoyan, con dos respectivamente. Bustamante también clasifica a las víctimas de acuerdo con su orientación sexual o identidad de género: 17 personas gays, cuatro mujeres trans, tres personas bisexuales y dos lesbianas, y al menos dos de las víctimas que tenían un rango de edad de 17 a 55 años, fueron mutiladas y una más desmembrada. En fin, así la seguridad que brinda el Estado a los gobernados, y los crímenes que se ensañan con todo ante la inoperancia de las autoridades más interesadas en el halago comprado que en cumplir con su deber. OPINA carjesus30@hotmail.com