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¡Otro periodista asesinado! como en tiempos de Duarte

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / NO TUVE el privilegio de conocerlo, pero sí de escucharlo, leerlo y reflexionarlo y, a decir verdad, me pareció siempre un comunicador crítico, de convicciones, convencido de que las cosas no marchaban bien en materia de violencia, paz y seguridad a lo largo y ancho del territorio Estatal, así como tampoco en empleo y desarrollo social. Conocía de su existencia y él sabía de la mía, pero nunca coincidimos, y el sábado fue lamentable enterarnos que lo habían asesinado en el puerto de Veracruz, y que su cuerpo malherido fue encontrado en el fraccionamiento Floresta en medio de un charco de sangre, hechos ocurridos desde el martes 11 de este mes pero identificado apenas el sábado. Lo que llama la atención es la versión que se ha hecho correr desde las entrañas del Gobierno del Estado: que el reportero José Luis Gamboa Arenas fue víctima de un asalto, pero curiosamente él o los delincuentes que lo atracaron le propinaron 12 puñaladas, como si buscaran no dejarlo con vida y borrar, de esa manera, cualquier indicio de reconocimiento por parte del periodista que, sin embargo, no murió al instante sino que con vida fue llevado a un hospital donde finalmente falleció. A Gamboa Arenas, un reportero ampliamente conocido en el puerto de Veracruz ya que solía transmitir en línea, no lo reconocieron sino hasta el sábado, un hecho que, paralelamente llama la atención sobre todo porque la familia lo buscaba afanosamente desde su desaparición el martes por la noche, cuando ya no llegó al hogar.

EL SABADO en redes sociales comenzó a esparcirse la noticia de la muerte de Gamboa. No se daban más detalles, y la Fiscalía General del Estado mantuvo sepulcral silencio, pero al anochecer se acrecentó la versión, por lo que el secretario ejecutivo de la inútil Comisión Estatal para la Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), Israel Hernández Sosa confirmó el deceso. Vamos, ni siquiera se tomó la molestia Silverio Quevedo Elox, nombrado presidente de la CEAPP desde Diciembre del 2020, cargo en el que funge para un periodo de 4 años como lo marcan los estatutos del organismo, aun cuando el comunicador es, también, del puerto de Veracruz y conocía bien al ahora occiso colega, lo que parecería indicar un silencio cómplice con las autoridades Estatales que suelen amenazar a todos los titulares de los organismos autónomos con despedirlos si no se pliegan a sus voluntades caprichosas. Hernández Sosa refirió que el periodista, José Luis Gamboa Arenas fue asesinado a puñaladas, presuntamente en un asalto en el fraccionamiento Floresta de Veracruz puerto, confirmando de esa manera el deceso, aduciendo que la muerte le sobrevino en el hospital donde fue llevado tras ser agredido. Gamboa ejercía el periodismo en redes sociales y a la Fiscalía General del Estado no le quedó, sino salir a argumentar que lleva a cabo las investigaciones para dar con los posibles responsables, aunque el crimen, tal vez, pase a engrosar la lista de asesinatos impunes que han sido perpetrados en el solar jarocho, incluso, en contra de reporteros, periodistas o comunicadores, como pomposamente ahora nos dicen.

LA MUERTE de José Luis Gamboa deja un mar de dudas, pues precisamente cuando se comienza a comparar el Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez con el aciago de Javier Duarte de Ochoa surge otra agresión contra un periodista, tal y como ocurría en tiempos del ahora inquilino del Reclusorio Norte de la ciudad de México, cuando fueron ultimados decenas de comunicadores y desaparecidas infinidad de personas que ahora, desde sus tumbas claman justicia. Porque eso de argumentar que fue cocido a puñaladas en un asalto no lo cree nadie, ya que los rateros, aun los más sanguinarios te atraviesan de una o dos punzadas los órganos vitales y adiós vida, pero a Gamboa Arenas le propinaron doce, como si se tratara de un asunto pasional, que tampoco estamos diciendo que lo fuera, esto por la saña imprimida para causarle el mayor dolor y daño, porque ni siquiera lo mataron en el sitio de la agresión, sino que lo dejaron inconsciente pero herido de muerte para que no hablara.

ES UN acto deleznable, y lo único que se le ocurre decir al Gobernador y a la Fiscalía Estatal es que no habrá impunidad, mientras la impunidad sigue acrecentándose en cada acontecimiento, aun cuando hay la instrucción de detener a dos o tres delincuentes de medio pelo y cargarle las coronas. El asesinato de José Luis Gamboa debe ser investigado hasta sus últimas consecuencias, sea o no producto de su actividad periodística, pues no pueden andar sueltos criminales tan feroces como los que arrebataron la vida al comunicador ¡de doce puñaladas!

Y ES que el Gobernador, aunque siga comprando apoyos y frases rimbombantes como la pronunciada el domingo por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo de que “Cuitláhuac García representa hoy en el estado de Veracruz, la integridad”, eso ya no lo cree nadie, y menos viniendo de una aspirante presidencial que dice lo que le conviene con tal de ganar adeptos. Y aunque Sheinbaum le dore la píldora al xalapeño, diciéndole que a la Ciudad de México y a Veracruz los une una larga historia desde los tiempos prehispánicos, “y hoy nos une también un enrome respeto y la construcción de un proyecto que desarrollamos desde Veracruz, desde la Ciudad de México y desde distintos puntos de nuestro País en la construcción siempre de un México más justo”, sabe el Gobernador –salvo que sea ingenuo-, que quien gane la Presidencia de la República en el 2024 no le abrirá las puertas hacia nuevas expectativas, y menos si el sucesor llegara a ser Ricardo Monreal Avila quien lo nombraría residente distinguido pero del Reclusorio Norte, aunque por lo pronto vive la gloria fingida de políticos que, hoy por hoy lo necesitan, aunque más bien necesitan el voto de Veracruz.

POR LO pronto, ojalá el crimen del colega José Luis Gamboa no sea echado al cesto el olvido, y los asesinos, que no los chivos expiatorios, paguen realmente por ese crimen que si fue asalto, denota el clima de inseguridad en que vive el Estado, pero si fue crimen de Estado u ordenado por la delincuencia, describe a un Estado alejado del imperio de la ley, manipulado por poderes paralelos, de facto, que solo buscan acallar las voces críticas que les estorban o les calientan los escenarios. Ojalá este lunes el Gobernador no de su trillada conferencia de prensa, o por lo menos que le cambien el disco rayado que ya choca por siempre recurrir a lugares comunes. OPINA carjesus30@hotmail.com

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