La recomendación de las autoridades sanitarias es que, si usted amanece con dolor de garganta y flujo nasal, es mejor que se quede en su casa ante la posibilidad de que pueda tener covid. Y es que usted puede estar infectado y de no tomar medidas sanitarias, puede contagiar a otras personas; ahora bien, si se trata de la variante Ómicron de covid, el contagio será exponencial, así que lo mejor será que se quede en casa. Claro, a menos que sea usted el presidente de México.
Ese sí, no importa que tenga dolor de garganta, que esté ronco o con flujo nasal, él si tiene permiso para salir a las mañaneras y contagiar a cuanto cristiano se le ponga enfrente. La mañana de este lunes el presidente confesó: «Amanecí ronco, me voy a hacer la prueba más tarde, pero yo creo que es gripe». Lo que es peor, obstinado como es, el presidente se sigue negando a usar cubrebocas, porque le da lo mismo dar el buen ejemplo.
Tal vez el tema no tendría relevancia, de no ser que López Obrador tiene muchos seguidores, chairos que siguen su ejemplo y que sin importar el riesgo podrían salir a la calle con síntomas de gripe o de coronavirus. Esos mismos se niegan a usar el cubrebocas, como si fuera un utensilio gravoso, siguiendo el ejemplo de su mesías tropical.
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