La FGR lo tuvo como testigo VIP, por eso dejó que se fuera a su residencia y que pudiera salir con toda libertad a comer a los restaurantes más caros de la Ciudad de México. Nos referimos al trato que la FGR le diera a Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos en el sexenio de Enrique Peña Nieto. La FGR le dio un trato exclusivo, que le negó a presos como Rosario Robles, pues Lozoya les prometió que daría información para atrapar a otros peces más gordos que él.
Pero Lozoya no les dio gran cosa, y después del escándalo de los privilegios de los que gozaban entre ellos las cenas en el restaurante Hunan, donde pedía su pato laqueado al Pekín, pues a la FGR de Gertz Manero no le quedó de otra que pedir que se procediera contra Lozoya. Se informa que la Fiscalía General de la República está pidiendo 39 años de cárcel para el director de Pemex por los sobornos que recibiera de la empresa Odebrecht.
Además de los sobornos a Emilio Lozoya se le imputan los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa. Lo más grave de esto es que como Lozoya también involucró a su familia en este tipo de negociaciones, pues la FGR pide 25 años de prisión para la señora Gilda Margarita Austin Solís, madre de Emilio Lozoya; ella por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa.
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