Ahora se sabe que los policías inventaron un cuento chino para aprehenderlos, por lo que un juez federal los tuvo que poner en libertad; Namiko Matzumoto, quien sabe que si no se mueve nadie se dará cuenta de que está ahí, guardó un vergonzoso silencio. Dice el columnista Edgar Hernández: «De acuerdo al informe preliminar que en el curso de este martes dará conocer el Senado de la República, vía Dante Delgado, consigna que hubo necesidad que ‘la Comisión Nacional y no la Estatal observara la violación a los más elementales derechos humanos en Veracruz y no ese organismo autónomo obligado a ocuparse de ese asunto y más de mil 200 sucedidos de 2018 al 2021».
¿Por qué Namiko no dijo nada? ¿Por qué no inició una investigación? Pues porque sabe que, si se pone a patear el pesebre, pues de inmediato el Bola 8 la pondría de patitas en la calle. Una defensora de los derechos humanos con tanto miedo no le sirve a nadie.