Irineo Domínguez Méndez / Comprobado, nuevamente, el “jefe” del partido Morena y del Congreso de la Unión, este respecto de las bancadas morenistas es AMLO. Un hecho más lo reitera: cuando se avizoraba el avasallamiento al que sería sometido el gobernador de Veracruz, se alzó la voz del “jefe” para respaldarlo en contra de las denuncias de abuso de autoridad y se acabaron los ataques. Al menos, con sigilo y mucho tacto político, el senador Monreal se replegó emitiendo comunicados conciliatorios. Otros senadores morenos que abogaron por el estado de derecho en Veracruz, al conocer el respaldo, guardaron silencio: “el que calla otorga”. Los perjudicados fueron el diputado y quienes lo enviaron a Veracruz a remover el atole: Mario Delgado y Ebrard; el diputado apoyó la defensa de Monreal comentada y después “denunció” a seis consejeros del INE, deseando quedar bien con AMLO al darse a conocer la postpuesta encuesta de revocación de mandato; a este sujeto “le salió el tiro por la culata”. Marcelo Ebrard, aún callado, no evadió el coletazo.
El licenciado en ciencias políticas y hoy presidente de la República –crecido políticamente bajo las siglas de los más importantes partidos políticos en México: priístas, perredistas, petistas y mecetistas -, se las sabe de todas, todas. Reconoce a los amigos y a los enemigos; ubica e identifica a los posibles aliados; a quienes ofrece “trabajo” para evitarse problemas futuros; mismos que quedan “purificados” con solo unirse a la 4T. A los rebeldes los controla “con mensajes subliminales” para que reflexionen sus acciones fuera del “huacal”. Tan es así que Monreal, en una entrevista, declaró: “(…) No me voy a enfrentar al presidente, sería un suicidio por la fuerza y autoridad moral que tiene, además yo le tengo respeto y admiración. Yo me formé en este movimiento y nunca lo voy a traicionar”. ¡Claro! Tal declaración no lo demerita; por el contrario, esclarece la coyuntura política que vive el País bajo el liderazgo de AMLO; quien, por ahora, es políticamente imbatible.
El gobernador salió del atolladero con el espaldarazo de AMLO; recuperó cierto respeto de algunos compañeros de partido o, al menos, el silencio de sus voces (léase reclamos). Por otro lado, ganó tiempo para plantear reformas necesarias y con ello quitarse reflectores que le están perjudicando. Se ha dado a conocer la recomendación de la CNDH que propone la derogación del delito de ultrajes a la autoridad; delito que en el planteamiento de su redacción contiene fallas garrafales. Lo que se afirma en virtud de que, si alguien utiliza armas de cualquier tipo para agredir a autoridades en el ejercicio de sus funciones comete el delito de homicidio en grado de tentativa o, quizá el de lesiones o cualquier otro, menos el que plantea los elementos constitutivos de dicho delito actualmente.
Asimismo, parece que el gobernador se bajó del ring, donde él no era protagonista, sino solo un espectador más; efectivamente, son entes diferentes los responsables de determinar la inocencia o culpabilidad del procesado y exsecretario técnico del senado; son la fiscalía y el juez los que pagarán los platos rotos. Asumir posiciones contestarías lo inmiscuyen en sospechas de cuestiones que se le imputan; igual acontece si sus subordinados actúan de muto proprio o por mandato en temas que causan mucha polémica.
Quienes guardan silencio, entre ellos: Delgado y Ebrard, tendrán que esperar a mejores momentos para diezmar el apoyo que le brinda, supuestamente, el gobernador a Claudia Sheinbaum; a quien ven arriba en las encuestas para suceder a AMLO. Monreal está en mejor posición desde el cargo que ejerce en el senado; ejercerá el poder que tiene para continuar presionando al gobernador quien, finalmente, propondrá la derogación o reforma del delito comentado, so pena de recibir él y el congreso local “otro palo” de la Suprema Corte de Justicia.
El más perjudicado y a quien le acaban de cortar la cabeza es Sergio Gutiérrez Luna, empleado de Mario Delgado y Ebrard. Este diputado; “se pasó de inteligente y cayó en pen…samientos e iniciativas equivocadas”. Teniendo el aval de AMLO, soterrado, para actuar en el Estado de Veracruz y con ello motivar conductas más positivas del gobernador, la “cajeteó” toda, provocando ser recriminado por “el jefe”. Sus futuras aspiraciones están en peligro de extinción. Sin embargo, su lealtad a los dos primeros aquí mencionados, puede darle algún respiro.
Con la “cajeteada” del diputado referido, Rocío Nahle “vuelve a la vida” y sin deglutir ese suculento coctel de mariscos. Ojalá sus asesores no cometan más errores como los últimos en los que se ha visto envuelta esta funcionaria. Todos sabemos que sus cartas de presentación serán concluir la obra de Dos Bocas y el inicio de refinación de crudo en dicha refinería. Igualmente, el resultado que arroje el rescate y modernización de la refinería de Minatitlán; de ser positivos los resultados no tendrá opositores para obtener la candidatura a gobernadora.
Otro sí digo. – El PAN se reposiciona en el Estado; el triunfo en el Puerto de Veracruz fortalece a sus líderes. ¡Feliz año nuevo!
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