“Soy un bully, toca el claxon si odias a los bullies”, se leía en el cartel que el joven cargaba. Aunque hasta el momento no se sabe cuál fue la acción del niño que llevó a sus familiares a darle este castigo, su padre comentó que no es la primera vez que molesta a sus compañeros y que necesita aprender una lección. Además, ante los comentarios de las personas que mencionaban que existen otras formas de castigar, el hombre respondió:
“El bullying es una forma de humillación pública y quizás así entienda que cuando él humilla a alguien públicamente no se siente bien”. Sin embrago, una semana más tarde se volvió a ver al niño en el mismo lugar con otro letrero que pedía a los automovilistas tocar la bocina para detener el bullying, porque el menor no estaba arrepentido.