Juan David Castilla / Más de mil personas migran cada semana por el estado de Veracruz, sobre todo a través del municipio de Coatzacoalcos, provenientes del estado de Chiapas.
De acuerdo con Darío Fabián Hernández González, economista de la Universidad Veracruzana (UV), los migrantes son repudiados en el sur sureste mexicano por sus hábitos, costumbres, idiosincrasia y cultura.
A su juicio, hasta este momento no hay una estrategia definitiva por parte de las autoridades estatales y federales para atender el flujo migratorio.
El académico labora también en la asociación civil Santa Faustina Kowalska donde son constantes los reportes por migrantes que no reciben la atención debida y, al contrario, son segregados socialmente.
“Hay una fuerte segregación y repudio social en la gente que tiene que convivir con el migrante porque pide contamina, porque pide limosna, porque pide un donativo, eso causa un roce social importante”, expresó.
El investigador señaló que se requiere el establecimiento de rutas y lugares estratégicos para atender a la población que se ha visto en la necesidad de abandonar sus lugares de origen.
El miembro del Instituto de Investigaciones en Estudios Superiores, Económicos y Sociales (IIESES) de la UV detalló que los centroamericanos salen de sus países por situaciones de violencia y falta de oportunidades labóreles.
“La gente migra para sobrevivir y ese fenómeno se nos está olvidando y eso es muy delicado. La sociedad nos tenemos que organizar para darles punto de llegada, para que hagan un tránsito rápido y no bloqueen, para que lleguen seguros a un lugar, a un punto de descanso, de abastecimiento, el flujo es continuo”, enfatizó.
Los migrantes se concentran en Tapachula. Posteriormente se trasladan al sur veracruzano para incorporarse a la “ruta de la muerte”, pues algunos eligen viajar por Michoacán y otros por Tamaulipas.
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