Guzmán Avilés y sus huestes esperaban que, al momento que el gobierno de Veracruz les hiciera el favor de meter a la cárcel a Tito Delfín, su planilla se caería, es decir, perdería por default, y él se quedaría con la dirigencia estatal del PAN en automático. Por eso le pidieron el favor a Cuitláhuac García de que metiera en la cárcel al contrincante, para así poder quedarse con el pastel completo.
Se queja amargamente Joaquín Guzmán, el traidor, quien asegura que el reglamento del PAN no contempla la sustitución del candidato a presidente del partido. Dice Guzmán Avilés que la elección se habrá de repetir; sí, se habrá de repetir hasta que él quede como ganador. Y si es necesario meter a la cárcel a otro de sus contrincantes, por eso no hay problema, el gobierno de Cuitláhuac García está dispuesto a hacerle el favor cada vez que él lo pida.