*México es un río de sangre ante indiferencia oficiosa
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / NO NOS hagamos bolas. El Presidente Andrés Manuel López Obrador no quiere combatir a la delincuencia organizada, la consiente, le profesa respeto, y acaso no es por miedo porque cuenta con el respaldo tanto del Ejército como de la Marina y las fuerzas armadas en general, sino por conveniencia, ya que al declararles la guerra tendría que evitar muchas giras a zonas de alto riesgo, además de hacerse acompañar de cinturones de seguridad que lo alejen del pueblo. En pocas palabras, tendría que blindarse ante cualquier ataque de grupos delincuenciales cuyas acciones rallan en el terrorismo. Por eso Estados Unidos le manda un mensaje velado, ofreciendo multimillonarias recompensas por la captura de los hijos de Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, el afamado “Chapo”, luego de que en Octubre de 2019, por instrucciones suyas, el Ejército dejó en libertad a Ovidio Guzmán López tras ser detenido en una residencia del fraccionamiento Tres Ríos de Culiacán, Sinaloa bajo el argumento de que fue para pacificar Culiacán, que vivió una ola de violencia en diversos puntos de la ciudad ante las acciones violentas de sus seguidores. El “razonamiento” del entonces Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana y ahora Gobernador de Sonora fue: “con el propósito de salvaguardar el bien superior, la integridad y la tranquilidad de los habitantes de Culiacán, el gabinete de seguridad determinó suspender las acciones operativas con los elementos militares, y trasladarse a Culiacán para conducir las acciones correspondientes”. Un justificante que, posteriormente se supo, fue motivado por el cerco que sicarios impusieron al fraccionamiento donde habitan familiares de la milicia, amenazando con desatar una verdadera masacre sino liberaban a Ovidio. En suma, se protegió a la familia de los militares y no, precisamente, a la población de Culiacán.
COMO FUERA, Estados Unidos ya se percató que en México hay impunidad solapada desde el poder para con la delincuencia organizada, en tanto se carga la mano contra la delincuencia autorizada o delincuentes de cuello blanco, esto es, ex funcionarios del pasado a los que se acusa de corruptos, se les persigue, se les obliga a devolver lo robado, se les mantiene en prisión hasta que satisfacen los apetitos de la cuarta transformación en materia financiera, pues está visto que ningún dinero le alcanza al presidente para seguir comprando voluntades, en tanto se deja de lado a los que provocan el terror elevando el número de viudas, huérfanos, padres sin hijos y familias desamparadas, pero eso no le importa al mandatario nacional. Él quiere seguir transitando por el País sin ser molestado aunque sea a costa de mucha sangre de inocentes que caen abatidos por el fuego colateral o víctimas de secuestros, levantones o asaltos violentos. AMLO mientras tanto sonríe y dice que se combate a los delincuentes, aunque solo a los adversarios, a los que atribuye todos los males del País y pone como ejemplo a Genaro García Luna, el ex secretario de seguridad de Calderón y alienta a seguidores que lo ven como un Dios justiciero, ávidos de revancha, de odios por la pobreza ancestral en la que han vivido. No hay límites en el combate a quienes no piensan como el Presidente, y las cárceles se llenan de presos políticos, de presuntos ultrajadores de la autoridad, pero Estados Unidos no es un pueblo o Gobierno de torpes y entiende la simulación en la que se encuentra inmerso el País. AMLO, para simular que combate el delito se enfoca en la delincuencia de “cuello blanco” o en sus adversarios políticos.
POR ELLO el Gobierno de Estados Unidos decidió ofrecer millonaria recompensa por la captura de los hijos de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” y otros presuntos capos de la droga que operan en México. Es una respuesta a la impunidad del Gobierno Federal, pero AMLO responde que en México “no hay impunidad para nadie”, y que el anuncio de Estados Unidos tiene que ver con drogas sintéticas y su preocupación por el aumento de la tasa de mortandad en los consumidores principalmente del opioide fentanilo, y fue enfático al enfatizar la importancia de mantener la soberanía nacional ante la intervención de fuerzas extranjeras en el País. “Si están en territorio nacional (los hijos del “Chapo”) a quien corresponde detenerlos es a nuestra autoridad, no se permite que ninguna fuerza extranjera actúe en esta materia ni en ninguna otra en nuestro territorio. Nosotros somos los que tenemos que hacer nuestro trabajo de acuerdo con las investigaciones que se llevan a cabo en México”. Y uno se pregunta: ¿y entonces porque no lo hace; porque detiene y libera, porque a la delincuencia organizada no se le persigue pese a las atrocidades cometidas, por el contrario, se le solapa?
LOPEZ OBRADOR, en la misma mañanera indicó que la detención de detección de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Guzmán Loera, es una prioridad para el gobierno, “no hay impunidad para nadie”, y enseguida se fue contra el pasado, fiel a su costumbre de sacarse el bulto cuando se siente acorralado, argumentando que “se terminaron los dos extremos que había antes con la asociación delictuosa entre la delincuencia organizada y las autoridades mexicanas cuyo caso más representativo es el del ex titular de Seguridad, Genaro García Luna. “La autoridad encargada de combatir la delincuencia se asocia a uno de los grupos (delictivos) durante todo un sexenio y no era cualquier funcionario, era ni más ni menos el secretario de seguridad pública, tampoco era cualquiera, era un hombre con muchas influencias”. Y asi se mantuvo echando la culpa al pasado evadiendo el presente.
AMLO dice que tras el operativo en el que iba a ser detenido Ovidio Guzmán y por la matanza en Bavispe, Sonora, Donald Trump ofreció a México enviar agentes para ayudar en la captura de los presuntos responsables, pero dijo que no se permitió. “Hubo el ofrecimiento de que podían enviar fuerzas para la captura de este hijo de Guzmán Loera y de los responsables de los asesinatos en Bavispe y no lo permitimos, es nuestra responsabilidad”. También dejó en claro que el gobierno de Estados Unidos no ha hecho ninguna solicitud por los cuatro hijos de El Chapo luego de que se anunciara una recompensa de 5 millones de dólares por información que lleve a la captura de cada uno de ellos, pero recalcó que si están en territorio nacional corresponderá a México actuar. “No ha habido más que eso, si están en territorio nacional es a la autoridad nuestra; no se permite que ninguna fuerza extranjera actúe en esta materia y en ninguna otra en nuestro territorio, nosotros somos los que tenemos que hacer nuestro trabajo tras las investigaciones”. Y volvemos a cuestionar. ¿y entonces, porque no lo hace; a que le teme señor presidente, porque no actúa y sigue permitiendo que miles de vidas se sigan perdiendo gracias a su fallida política de abrazos y no balazos?. La verdad no se entiende porque tanta impunidad, al grado que Estados Unidos reaccione y pueda hacerlo en otros términos, como ya lo ha hecho en otras naciones. Al tiempo. OPINA [email protected]
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