Con una economía que no refleja generación de empleos ni productividad, con un sistema de apoyo social con gastos millonarios y, sobre todo, con un índice inflacionario que amenaza con colapsar en cualquier momento, México se une al Programa Artemisa. Pero no crea que es una alianza económica o un Club de defensa de los derechos humanos, no nada de eso, se trata de exploración espacial impulsado por el gobierno de Estados Unidos, que pretende regresar a la Luna en 2024.
Radiante de optimismo, el mismo Canciller Marcel Ebrard dijo: «Para quienes vivimos (la llegada del hombre a la Luna) en 1969, con la televisión de bulbo, que fue algo que no olvidamos, ni vamos a olvidar… éramos espectadores, ahora vamos a ser participantes, es un gran paso para México. No vamos a ser espectadores, vamos a estar ahí».
Pues todo suena muy bonito y es bueno que México explore otras alternativas, pero tenga la seguridad que los Estados Unidos nunca dan paso sin guarache. Habría que investigar con cuánto se tendrá que mochar nuestro país para poder ser partícipe de tal hazaña espacial. De algo podemos estar seguros, la mochada no será cualquier bicoca. A ver ahora con qué cuento guajiro sale el presidente en su mañanera.
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