Es una pena que el yerno de la maestra Elba Esther Gordillo haya dejado perder una magnífica oportunidad de poder ayudar a los que menos tienen. La creación y conservación de un partido político no es una tarea fácil. Se requiere contacto natural y desinteresado con la gente. En RSP se pudieron conjugar liderazgos valiosos, sin embargo, el error de Fernando González Sánchez fue haber delgado a los maestros en segundo lugar. No se aprovechó la experiencia de esos liderazgos.
No aprendió bien la lección ni le aprendió a la maestra Gordillo, quien de manera natural se acercaba a las mesas a saludar a todos, sin ningún distingo. Jamás puso una barrera con la gente, sino todo lo contrario, la maestra sabía que su fuerza descansaba precisamente en la gente. Hoy, ya ni lamentarse es bueno, se debe de aprender de los fracasos.
Ojalá para la próxima, si es que la hay, no se subestime a nadie y que se haga un buen uso de los recursos. Por cierto, ese es un punto que los líderes partidistas deben dejar muy claro ya que tienen que mostrar a las autoridades en qué se gastaron los millones que recibieron para la contienda electoral. Tenga la seguridad que más de uno ya está nervioso por la fiscalización que se les viene encima.
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