Irineo Domínguez Méndez / Por invitación del amigo Ramón Pino, asistí a una reunión convocada por él; el invitado principal fue el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien reitera ser minatitleco. El convocante y sus compañeros de partido tuvieron un propósito y el diputado otro. Los primeros, después de hacerle saber algunos problemas muy particulares convirtieron el evento en un “muro de quejas y lamentaciones”; el segundo no rompió el esquema de lo que condiciona su comportamiento: totalmente informativo.
Después del retraso que tuvo la llegada del diputado, una hora, dio inicio la reunión. Casi de inmediato se le concedió la palabra al invitado especial y este desplegó un discurso informativo de lo hecho por los diputados de Morena en la Cámara Baja del Congreso de la Unión. Resumió que lo aprobado está relacionado cien por ciento con el proyecto de la denominada 4T y que, efectivamente, concuerdan con la opinión de la oposición: siguen la línea de AMLO porque él es quien representa dicha transformación. Omitió informar si tiene o no la posibilidad de repetir el próximo año en el puesto que tiene en la Cámara de diputados: el de presidente de la Mesa Directiva.
Tomaron la palabra, en una primera ronda, 7 u 8 asistentes a la reunión. El primero cuestionó si había otro propósito diferente y no mencionado en las reuniones que ha tenido el diputado a lo largo del Estado, en pocas palabras: si busca o no la gubernatura. Los demás, hicieron alusión a problemas personales y de grupo con carácter social, principalmente; nada relevante que mencionar.
Lo más sobresaliente fue que, como siempre, los militantes del partido expusieron la nula institucionalidad imperante en el proceso electoral interno último pasado en Veracruz; donde, por beneficiar a candidatos externos se excluyeron a militantes y fundadores de Morena. Los señalamientos en contra Mario Delgado, del gobernador y del supuesto dirigente provisional estatal fueron una constante; otro lo fue el señalamiento de connotados exprianistas que hoy disfrutan de puestos de elección popular o de funcionarios.
Percibí que un posible escenario, encabezado por el diputado, es el de mantener a los militantes inconformes dentro del partido, siguiendo una estrategia trazada desde el altiplano. El informe de actividades dado resultó irrelevante por ser del conocimiento de todos los veracruzanos, entre ellos, los militantes de Morena. Así las cosas, acepto el silencio de los diputados federales veracruzanos que no asumen el papel de Sergio Gutiérrez.
La militancia asistente desaprovechó la oportunidad de incorporarse a un grupo nacional, el cual pudiera arroparlos para futuras contiendas electorales internas. En vez de sumarse a un proyecto político nacional, lo atacaron. Olvidaron que el diputado pertenece al grupo encabezado por Ebrard y Mario Delgado. Eso sí, en el escenario comentado, pudieran ser engañados – otra vez – y seguir actuando como “bases” pero nunca como dirigentes o candidatos. Quienes suponen que el diputado “busca” la candidatura a gobernador, creo, están muy equivocados. El no representa ningún peligro u obstáculo para las aspiraciones de Manuel Huerta o Rocío Nahle.
El único inconveniente en el escenario expuesto es que tratará de atraer simpatizantes para la candidatura de Ebrard. Al respecto, radio bemba dice que el gobierno local, diputados locales y federales, así como senadores apoyan la candidatura de la gobernadora de México y, en el último de los casos, apoyarán al que diga AMLO.
La militancia morenista que asistió a la reunión sigue mostrando una ignorancia de sus propios documentos básicos. Tan es así que solicitaron la intervención del diputado ante las instancias nacionales del partido; el no tiene ninguna injerencia en el CEN o en el Consejo Nacional, es un militante más. Los grupos en el poder de Morena en el Estado pueden estar tranquilos; todo sigue planchado, nadie les hace sombra: están solos…, con el poder.
Otro sí digo. – Pregunta: ¿alguien conoce cuáles son las funciones de Zepeta como delegado?
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