Escritor xalapeño / Un personaje del siglo XIX que con el paso del tiempo ha quedado en el olvido, es de los autores que a pesar de su importante obra, ahora nadie lo recuerda y mucho menos se busca para acercarse a sus lecturas, a pesar de haber sido el iniciador del cuento moderno en nuestro país con su relato “Noche de raso”. No se acerca el día de su natalicio, él vino al mundo en esta ciudad de Xalapa el 3 de septiembre de 1827; tampoco es su obituario, éste se dio el 21 del mismo mes pero del año 1908, estas notas son un pequeño reconocimiento a su persona y a su obra.
Las raíces profundas de la historia de nuestra ciudad están hechas de hombres como él, no quisiera que con el paso de los años quedara en el olvido total y su único vestigio fuera el nombre de una calle. Roa Bárcena escribió diferentes géneros literarios, lo hizo con la poesía en sus ramas amorosas y religiosas, lo mismo que en el terreno de los cuentos como “Lanchitas”, que como lo aclara el autor en el inicio de su relato no es el diminutivo de lanchas, se refiere al apellido Lanzas que tuvo un sacerdote muy conocido en los círculos sociales y religiosos de la época.
También incursionó en el terreno de la novela, escribió “La quinta Modelo”, trinchera que utiliza el autor para ofrecer su posición conservadora y promoverla entre sus lectores, en la novela defiende con todo ahínco la propiedad privada en un esfuerzo por volver al pasado apoyando a los grandes terratenientes, en un momento en donde la composición de las diferentes fuerzas políticas del país pugnaban por el dominio de la nación, se gestaba un ambiente revolucionario por un lado y por el otro el clero se aferraba al control y poder conferido durante mucho tiempo, dentro de esa convulsionada sociedad, Roa Bárcena toma partido resultando su obra antipopular ante los liberales.
Su vena literaria la ofreció desde muy joven, a la edad de 16 años publica por primera vez el texto “Meditación – la muerte”, y al poco tiempo surgieron sus primeros poemas. En 1849 aparece su primer cuento llamado “La vellosilla” fechado en Xalapa. Por esas fechas publica “Una flor en su sepulcro”, de corte muy romántico característico de aquel entonces, en donde refleja el dolor que lo invade por la partida de su amada.
Roa Bárcena se dedicaba a las actividades mercantiles y su prosa era un complemento, una expresión del sentimiento. Antes de marcharse a la ciudad de México deja escrita su primera leyenda llamada “Diana”, en 1862 publica sus Leyendas Mexicanas.
Escribió para los periódicos El Universal durante cuatro años, fue colaborador del rotativo La cruz y otros destacados. Mantuvo como una tradición las tertulias en su casa cada miércoles durante cuarenta años.
Cuando Maximiliano llega a México a instaurar el primer imperio, Bárcenas le escribe una loa salutatoria, posteriormente forma parte de la Academia Imperial de Ciencias y Literatura.
Al tomar el poder los liberales, los conservadores fueron llamados a rendir cuentas, entre ellos José María Roa Bárcenas, se le dictó un sentencia de dos años cumpliendo solo unos meses de reclusión.
Ya para el año de 1888 escribe una nota en relación a la loa a Maximiliano diciendo que fue “una estampa fotográfica del espejismo político”
Su longeva vida le permitió dedicarse totalmente en sus últimos años a las letras acrecentando su obra con ensayos, biografías, historia y traducciones. A las 9:15 de la mañana del 21 de septiembre de 1908, a la edad de 81 años, cierra el capítulo de su vida uno de los hombres más diestros con la pluma. [email protected]
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).
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