Morena-Veracruz fracturado y sin rumbo, herencia de Cuitláhuac

Cuitláhuac García Jiménez y Rocío Nahle García FOTO: WEB
- en Opinión

Edgar Hernández* Las tribus morenas, sin liderazgo y confundidas por la marcha de Zacatecas de Cuitláhuac, se dividen, polarizan y dan palos de ciego sin saber qué rumbo tomar. 

Sólo bastaron tres años, tras el efecto Peje, para observar la destrucción total del Movimiento de Regeneración Nacional en Veracruz que, ni con el voto comprado, están dispuestos a apostar por la zacatecana Rocío Nahle, perfilada, de manera adelantada y por demás imprudente para suceder a Cuitláhuac García Jiménez. 

A la vera del camino se quedan, por ahora, Ricardo Ahued -el intruso de Morena- y los alfiles con espacios de poder como el diputado Sergio Gutiérrez Luna, quien por más que levanta la mano, los mandamás en el gobierno Eric Cisneros y Cuitláhuac García -en ese orden- no lo conocen o desconocen. 

La unidad mostrada por Morena en 2017 y 2018 con los baluartes nativos encabezados por Manuel Huerta hoy no tienen más que agarrarse a las faldas de la Nahle. 

Los morenos de la lucha desde la izquierda y luego el PRD, los históricos, fueron olvidados por la cúpula del poder, no les dio nada al arranque en el 2018 al entrar en juego nuevos enclaves de poder. 

Y los que construyeron a unción de Cuitláhuac -Cazarín, Eleazar, Ramos Alor, Hipólito, Rosalinda Galindo y toda la parentela del gobernador colocada en la burocracia- ya mismo se preguntan ¿Y si no le atina el jefe qué va a ser de nosotros? 

Los presidentes municipales de Morena, los que entran el próximo uno de enero, habrán de jugar un papel importante en favor de su partido, pero 

¿votando y empujando el voto por Rocío Nahle o con la cargada de Gutierritos? 

El Congreso del estado, aplastantemente morenista se irá, sin duda, por donde diga, no su pastor Juan Javier Gómez Cazarín -mozo del patrón-, sino por quien ordene el gober. 

Sin embargo, para el 2024 la legislatura ya estará muerta al llegar a su fin su periodo de ejercicio legislativo e influencia política. La siguiente legislatura será nombrada por el candidato en campaña. 

Falta saber además por donde transitará el crimen organizado ¿Por quién se irá sin dejar a Morena? 

Morena-Veracruz vive, por tanto, días de incertidumbre. 

La sola manifestación de Cuitláhuac en favor de la secretaria de Energía, quesque por órdenes de México- resquebrajó la unidad, polarizó posturas, abrió frentes no previstos y enfrentó a las tribus. 

Y todo transitaría sin mayor problema a no ser que al final del camino no quede como candidata presidencial Claudia Sheimabum, que es la apuesta de López Obrador, y en su lugar le pase lo que a Fox, quien fue obligado por las propias fuerzas internas del PAN a decidirse por Felipe Calderón. 

No se puede descartar que al Peje no tenga más que abanderar para la sucesión a Marcelo Ebrard o a su enemigo jurado, Ricardo Monreal. 

Concedamos, sin embargo, que en efecto López Obrador le aconsejó a Cuitláhuac que empujara a Nahle, pero ¿y si esta cuestionada dama enlodada por la corrupción no cumple con Dos Bocas? 

¿De todos los modos el presidente la premiará? 

Acaso intencionalmente López Obrador no se acuerde en estos momentos quien es el presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Unión y ni sepa que Sergio Gutiérrez Luna, quien nunca vivió ni hizo carrera política en Veracruz, está que muere por gobernar nuestra tierra, pero en política no hay muertos, ni amnesias y si conveniencias. 

Gutiérrez Luna, se ha dicho hasta la saciedad, sería incapaz de mover un dedo o pisar la tierra que no conoce si no fuera con el consentimiento de López Obrador. 

El diputado viene con todo, con las alforjas llenas y dispuestas a comprar todo hasta conciencias -lo que en política se puede comprar es barato- y aunque no lo conozca Cuitláhuac o que el Bola 8 le diga que no venga a Veracruz y que mejor se vaya a trabajar a la Cámara en la Reforma Eléctrica, a Gutiérrez Luna le vale, se los pasa por los huevos hasta que el Peje no diga lo contrario. 

De Ahued, solo el tiempo dirá al igual que a los equiperos Zenyazen, Cazarín, el de Finanzas que quien sabe como se llama y de la Reina del Nepotismo, Rosalinda Galindo, quien anda reclamando igualdad de género ¿para robar o para llegar a ser gobernadora? 

Eso solo el tiempo lo dirá. 

Tiempo al tiempo. 

*Premio Nacional de Periodismo 

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