Mussio Cárdenas Arellano / Ante los Yunes, Indira es un bot. Sigue instrucciones, acata órdenes, a veces brillante, otras infame, y en una de esas deja el Senado para ir tras la secretaría general del PAN en Veracruz, cediendo el escaño a Fabiola Vázquez Saut, su suplente, que en un instante brinca a Morena y se alinea con la 4T.
Como autómata, Indira Rosales San Román no decide ni replica. No increpa a los Yunes ni los incomoda, así vea —si es que ve— que la aventura de contender por la dirigencia del PAN en Veracruz, es un error garrafal.
Deja el Senado y le abre un boquete al PAN y al bloque de oposición, pues su suplente, Fabiola Vázquez, es el oportunismo encarnado, tan fidelista como duartista, priista por convicción, panista de ocasión, el comodín de la baraja que hoy se acomoda en el partido de López Obrador.
Perdida entre el montón, Indira Rosales ha sido una senadora de luces y sombras, más sombras y penumbra que los chispazos que hagan trascender. Fuera de su licencia al Senado y la llegada de una morenista con piel de oveja, así como la firma de la Carta Madrid del ultraconservador Santiago Abascal, ni quien supiera de su existencia.
Lo que sacudió a muchos fue saber que Fabiola Vázquez Saut, la suplente, es en realidad un camaleón de efecto instantáneo. Asumió, rindió protesta, disparó sonrisas, prodigó abrazos, se tomó la foto con sus compañeros senadores del PAN y horas después brincó a Morena. La nota escaló. Nació con morbo y creció como escándalo.
Una satanizada por ingenua; la otra fustigada por marrullera.
La intrascendente Indira Rosales entra ya al rosticero de la historia. Nadie se inmutó por el retiro temporal de una senadora sin importancia, excepto porque el voto de la suplente ya no será para el PAN. Y peor cuando esta caricatura de partido transita de caos en caos.
Otro senador del PAN, Gustavo Madero, sin dejar su militancia, abandona la bancada y se inscribe en el Grupo Plural. Una más, Martha Márquez, de Aguascalientes, renuncia al partido y destroza a su líder nacional, Marko Cortés.
Venido a menos, el PAN en el Senado va perdiendo votos y Morena acaricia el sueño de la mayoría calificada para continuar realizando los cambios constitucionales que empuja el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hecha trizas en la prensa, denostada en las redes, Indira Rosales ve —si es que ve— el fruto de un movimiento político torpe, mezquino, abusivo. Los medios exhiben su ambición y el arrebato yunista. Por ir tras la secretaría general del Partido Acción Nacional en Veracruz, Morena ganó un voto, el de Fabiola Vázquez, en el Senado.
La culpa en parte es suya y pocos reparan en que Indira Rosales es sólo el bot del yunismo azul. Así la programaron y así actuó. Y el panismo se agazapa, como siempre. Se oculta y calla.
Una voz, sin embargo, la recrimina y los recrimina. Es la de Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, quien la insta a regresar al Senado.
“El PAN —dice la diputada Zavala— debería pedirle a quien ocupaba el escaño del senado que regrese, que debe cumplir su compromiso con sus electores y con el país y no con los grupos de su partido”.
Y entonces Indira Rosales se justifica: “Informo que por respeto a la Ley y a los estatutos de Acción Nacional, solicité licencia a mi cargo como Senadora para contender por la Secretaría General del CDE del PAN en Veracruz. En diciembre, una vez concluido el proceso, me reincorporaré a mis actividades legislativas”.
Y si gana la elección, ¿dejaría acéfala la secretaría general del PAN en Veracruz para regresar al Senado? ¿O permanecería en el PAN estatal y su suplente, Fabiola Vázquez Saut, continuaría en su rol de senadora aportándole su voto a Morena?
Indira es, pues, un bot. La programan y actúa. No decide, no replica, sólo acata órdenes. Pone el bulto y recibe metralla.
La alusión de Margarita Zavala es directa a Miguel Ángel Yunes Márquez, dos veces alcalde de Boca del Río y ex candidato al gobierno de Veracruz, y a su hermano Fernando, actual presidente municipal de Veracruz, jefes del grupo que pugna por volver a controlar al PAN estatal.
Margarita Zavala los conoce y conoce su capacidad de traición. Su padre, Miguel Ángel Yunes Linares, fue candidato al gobierno de Veracruz, en 2010, con la venia del ex presidente Felipe Calderón y a la fecha existe lealtad. No ganó la elección por el fraude fidelista que impuso a Javier Duarte.
Ocho años después, el calderonismo fue visto como un estorbo. Los juniors Yunes se aliaron con Ricardo Anaya y el resultado fue fatal. Anaya cayó masacrado por Andrés Manuel en la elección presidencial, y en Veracruz a Miguel Ángel Yunes Márquez no le alcanzó para vencer el efecto López Obrador que hizo ganar a Cuitláhuac García Jiménez.
A partir de ahí el yunismo azul vive una pesadilla. Pierde el PAN estatal ante Joaquín Guzmán Avilés, secretario de Desarrollo Agrario en el gobierno de Yunes Linares, un cacique de saliva en Tantoyuca, acusado de usar un padrón panista inflado para agenciarse las candidaturas para su familia. Guzmán Avilés es la nueva carta del gobierno morenista y en los tribunales lo hacen ganar.
Aquella trifulca política mostraba rasgos de una fractura mayor. Era el yunismo contra las corrientes antiyunistas. Y eso llevó a la derrota de José de Jesús Mancha Alarcón en su intento de reelegirse al frente del comité estatal.
Hoy lo suyo es el cinismo. El yunismo cede la candidatura a la presidencia del PAN estatal a Tito Delfín, su antiguo enemigo, y su compañera de fórmula es Indira Rosales San Román. En la cosecha suman a los otrora rivales de los Yunes, aquellos que solían ser acusados de haberse vendido a Morena, los fustigados por ser protegidos de Cuitláhuac García, los Cambranis, Ana Ledezma, Marco Antonio Núñez.
Indira Rosales ha sido una pieza útil y nada más. La encumbró Miguel Ángel Yunes Linares al designarla secretaria de Desarrollo Social en su gobierno y la despeñó Cuitláhuac García al denunciarla en cinco ocasiones por desvío de recursos de alrededor de 40 millones de pesos.
Los hermanos Miguel y Fernando Yunes la hicieron creer que sería candidata a la alcaldía de Veracruz, con un intenso operativo de promoción de imagen. Pero no levantó. Miguel Ángel se quedó la candidatura y cuando los tribunales local y federal determinaron que no era elegible por no acreditar residencia efectiva de tres años mínimo, la abanderada fue Patricia Lobeira Rodríguez —Paty Yunes—, esposa del frustrado candidato.
Indira quedó marginada pero no aprende. Desconocida en la mayor parte de Veracruz, de pronto apareció en Coatzacoalcos en otro operativo de imagen. El objetivo es asegurar la secretaría general del PAN estatal. Pero antes que se ponga a pueblear.
Fabiola Vázquez Saut, la suplente, es otro caos: protegida de Fidel Herrera Beltrán, impulsada por Javier Duarte hasta convertirla en secretaria de Desarrollo Agropecuario, fue la pieza escogida por los Yunes para hacer fórmula con Indira Rosales San Román. Pero sus genes son priistas y su oportunismo, su marca personal.
Fabiola Vázquez y sus hermanas Regina y Sofía enfrentan un escándalo en Puebla por la venta de un inmenso predio llamado La Carcaña donde se erigió Plaza Explanada, por el que cobraron 240 millones de pesos.
El predio era propiedad del sindicato ferrocarrilero y sería destinado a la construcción de vivienda para los agremiados. Un día, Jorge Peralta, líder sindical, decidió venderlo al ganadero veracruzano, Cirilo Vázquez Lagunes, quien lo heredó a sus tres hijas. Treinta años después, Fabiola, Regina y Sofía Vázquez Saut lo vendieron al consorcio inmobiliario Gicsa, vía una filial poblana.
Pero se negaron a saldar la comisión acordada con dos gestores: Rodulfo “N” y Sergio “N”, quienes les interpusieron demanda de pago.
Y así el historial de trapacerías. El error de los Yunes fue haber sobrevalorado a las hermanas Vázquez Saut, imaginar que aún tenían peso político y arrastre, y entregarle la suplencia en el Senado. No imaginaron que tomarían rumbo a Morena.
Fabiola no es un bot; Indira sí. No decide, no replica, sólo acata órdenes. Y así entregó la senaduría a Fabiola y Fabiola se acomoda en Morena.
Así, los Yunes e Indira le meten el pie al PAN.
Archivo muerto
Azorrillada, Rocío Nahle ya siente que tiembla cada que respira. No venía al sur salvo en las giras-campaña de Andrés Manuel López Obrador, o por accidentes en Pemex, o si los negocios del clan Nahle-Peña (ella y su esposo) se hallan en riesgo. Pero bastó que Gutierritos agitara las aguas, atrajera empresarios, le robara el discurso, y Nahle sintió que le comía el mandado. Vuelve a la madriguera, convoca a la manada, alcaldes y diputados electos, le soba el brazo a Eusebia Cortés, se trepa en la Potrilla, Damara Gómez. Une la pedacería de Morena y la escoria del PRI. ¿Esas son tareas de una secretaria de Energía? La comandante Dos Bocas y los enanos deben mostrar que Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, no los va a rebasar, aunque ya los rebasó. La comandante Dos Bocas viene sin discurso. Habla en fotos. Habla entre tazas de café. Habla en signos. Y el mensaje es que los enanos están amaestrados, sometidos, controlados. Y son suyos. Pero no hay argumento. Mientras Gutierritos se cuelga del presupuesto federal y habla de las obras, y habla de proyectos, y le roba los aliados, la comandante Dos Bocas acueeeerpa a Eusebia Cortés haciendo como que el robo de las despensas no existió. Gutierritos ya prepara la segunda etapa de su campaña anticipada por el gobierno de Veracruz y, consecuentemente, Nahle volverá a tener pic-nic con las mascotas de la granja en el sur… Y Causa en Común sitúa a Veracruz entre los seis estados con mayor número de “atrocidades”. Su informe refiere que en 2021, de enero a octubre, se cometieron 175 hechos de violencia graves en Veracruz; la misma cantidad se generó en Puebla. Los estados con mayor número de casos fueron Guanajuato con 327; Jalisco, 227; Estado de México, 221, y Michoacán, 191. Causa en Común, encabezada por María Elena Morera, especifica que por “atrocidades” se engloban los siguientes delitos: masacres de tres o más personas, mutilación, tortura, asesinato de menores, feminicidios, calcinamiento, fosas clandestinas, asesinatos de periodistas, de defensores de derechos, de actores políticos, de personas vulnerables, terrorismo, esclavitud, migrantes, feminicidios, violación agravada, trata de personas y enfrentamientos contra grupos delictivos. Esa es la realidad, no la que cuenta la vedette de palacio, Cuitláhuac García Jiménez, alias el gobernador de Veracruz… Mano negra, la de Sergio Guzmán Ricárdez, ahora en el Congreso de Veracruz. Le confieren la presidencia de la Comisión de Hacienda Municipal a quien se afanó en violentar la ley siendo alcalde de Agua Dulce. A espaldas del cabildo, solía adquirir ropa para los elementos de la Policía Municipal con sobreprecio, sin licitación pública. Hizo uso indiscriminado de recursos en obras de remendón. Infestó de parientes la nómina municipal y reprimió a quienes evidenciaron su tendencia a lo turbio, a lo sucio y a lo ilegal. Un ejemplo: la calle que pavimentara y en la cual se halla su residencia particular, alcanzando el beneficio a integrantes de su familia. y ni qué decir de la evasión fiscal, por la que el Servicio de Administración Tributaria de Hacienda federal le puso ficha roja. Y ahora va a presidir la Comisión de Hacienda Municipal. Más o menos como darle al Chapo Guzmán o al Mencho Oseguera la Secretaría de Seguridad Pública Federal. O a Javier Duarte la Secretaría de Finanzas de Veracruz… En cosa de horas, Karime Macías sabrá si Londres la extradita a México. La fecha programada para su audiencia es el lunes 22 de noviembre, derivado del juicio que se enderezó por su presunta responsabilidad en el desvío de 115 millones de pesos del DIF en Veracruz. La acusación proviene de la Fiscalía de Veracruz en tiempos de Jorge Winckler Ortiz. Karime Macías Tubilla, ex esposa de Javier Duarte de Ochoa, se halla en libertad condicional en Inglaterra tras depositar una fianza de 150 mil libras esterlinas. Reside en Londres luego de huir de México, una vez que el ex gobernador de Veracruz fue aprehendido en Panajachel, Guatemala, durante un festejo familiar. Su proceso de extradición anda en curso, goza de libertad con reservas desde el 5 de noviembre de 2020 y la determinación del tribunal ha sido aplazada en tres ocasiones mientras en México sus abogados han interpuesto diversos juicios de amparo, agotando los tiempos y sus recursos para impedir que sea remitida a México para que enfrente la justicia. Lunes fatal a quien decía merecer abundancia y tiene la espada de la ley en el cuello…
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