Entonces, ¿por qué no estuvo Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Mario Delgado, presidente nacional de Morena o Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado en el Tercer Informe de Gobierno de Cuitláhuac García? ¿Por qué la gobernadora de Baja California no correspondió a la gentileza del gobernador de acudir a su informe, si el de Veracruz fue a su toma de protesta? No vinieron porque consideran que el tercer informe del Cuic no es importante, aburre. Claudia Sheinbaum le hubiera hecho el día al gobernador Cuitláhuac García de haber asistido, pero hasta la consentida de López Obrador tuvo cosas más importantes que hacer.
A lo mejor pensó que era más productivo irse a comer otros tacos de canasta frente al Zócalo, que escuchar la perorata insufrible de un sujeto que no coordina lo que piensa con lo que dice. No fue ningún político importante al informe del Cuic; Rocío Nahle no tuvo de otra y por ello acudió con el uniforme de oficina, porque de ahí se regresaba a trabajar. Cuitláhuac García es tan anodino como gobernador que, para los personajes relevantes de Morena, no merece la pena prestar atención a sus invitaciones.