El fiscal a cargo comentó que el hecho de amarrar a los presos, poner la canción infantil a volúmenes exagerados y repetirla constantemente durante horas hace que estas acciones se conviertan en una medida cruel e inhumana. Además, se mencionó que estas acciones solamente someten a un estrés emocional, causando acciones violentas o radicales en los convictos.
Daniel Hedrick, Joseph Mitchell y John Basco son los nombres de los hombres que interpusieron la demanda. Sin embargo, además de ellos, anteriormente ya se habían realizado dos denuncias por abuso de autoridad. El acusado de dichos tratos es el alguacil Tommie Johnson III, además de diversos policías como cómplices. Tras la denuncia, dos policías y un supervisor enfrentan cargos por delitos menores de crueldad.