Para el presidente, los actos cometidos por sus propios familiares y cercanos son como colar el mosquito, regularmente el primer mandatario termina justificándolos o tolerando actos de corrupción, como los cometidos por el hijo de Manuel Bartlett o subestimando las acusaciones, como las de su amigo Félix Salgado Macedonio, quien fuera acusado de violación.
No se debe pasar por alto que Santiago Nieto tuvo que haber informado al propio presidente de su boda, es más, tenga por seguro que le giró las invitaciones correspondientes. Por lo tanto, es lógico creer que tenía la venia del inquilino de Palacio Nacional. Por eso resulta excesiva la declaración del presidente señalándolo como un “asunto escandaloso”. En otras palabras, el presidente, como los fariseos, cuela el mosquito, pero se traga el camello.