No fueron los votos de los mexicanos los que decidieron, sino los grandes empresarios. Bartlett aprovechó para reprochar la actitud de Diego Fernández de Cevallos quien «con actitud de caballero andante» fue el que exigió la quema de los votos electorales para evitar el «voto por voto, casilla por casilla».
Con esto queda claro que Manuel Bartlett participó en el fraude electoral de 1988 y a pesar de eso forma parte del gobierno de la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador. ¿Dónde está la congruencia? ¿Dónde está la honestidad? ¿Dónde está la limpieza de sangre que tanto pregonaba López Obrador al decir que con ellos ya no había ni corrupción ni fraude? Bartlett ya abrió la boca y las sospechas sobre el fraude electoral de 1988 ahora ya son certezas.