Por supuesto, no estamos haciendo crítica ni mofa de la figura presidencial, sólo señalamos un fenómeno que muestra como las personas, ya sea a favor o en contra, están pendientes de los movimientos de Andrés Manuel López Obrador. No se había visto en México un fenómeno semejante, donde se advierte una gran polarización, un pueblo dividido que una parte tiene en gran estima a su presidente, y otra parte lo repudia al grado de ridiculizarlo de esa manera.
¿Quién es el que ha generado esta polarización? Pues el mismo presidente, quien ha dividido a los mexicanos en fifís y pueblo bueno, en clase media y clase liberal, en clase pensante y en chairos de la Cuarta Transformación.