Irma Eréndira Sandoval y John Ackerman llegaron con la Cuarta Transformación como la Bonnie and Clyde de un gobierno que presumía pureza. Sin embargo, una vez instalados llevaron a cabo un espectáculo de exhibiciones ambiciosas que pusieron en evidencia que sólo querían acceder al poder para hacerse ricos. Les descubrieron sus casas, terrenos donados, sueldos en diferentes dependencias. Ackerman se convirtió en el ajonjolí de todos los moles, apareciendo en todos los programas de televisión que le permitieran hacer, siempre que le pagaran un buen sueldo.
Finalmente, por querer tumbar la candidatura del Toro Salgado Macedonio, los echaron a la calle, a la oscuridad y al ostracismo. Ahora, Irma Eréndira, con una dignidad que no entiende le han despojado, regresa a criticar a Morena, a decir que no está bien que recojan a la basura del PRI y se olviden de la basura interna: «Estamos integrando fuerzas o personajes del PRI a un momento de transformación en que deberíamos tener más seguridad para pensar en nuestros cuadros, para pensar en nuestras nuevas generaciones, para pensar en la gente de izquierda y no estar recolectando de la basura priista a personajes».
Después del papelón que hiciera en la Función Pública, quiere ser la conciencia de los “sin conciencia”; señora, ya mejor siéntese.
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