Dice López Obrador: “Desde que soy presidente no he intervenido para liberar a nadie”. ¿Y Ovidio apá?

Andrés Manuel López Obrador y Ovidio Guzmán FOTO: WEB
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Armando Ortiz / Cuestionado sobre su intervención para que el exgobernador Guillermo Padrés llevara su proceso judicial en libertad, el presidente Andrés Manuel López Obrador tuvo que declarar: “Desde que soy presidente no he intervenido para que se castigue a nadie de manera injustificada ni he intervenido para liberar a nadie”. Se le olvida al presidente que, en el mes de octubre de 2019, ante el amago del Cártel de Sinaloa de en Culiacán, él fue quien dio la orden de liberar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín el Chapo Guzmán. Ocho meses después de esta liberación, cansado de tanta especulación sobre el operativo de octubre de 2019, el mismo López Obrador se atrevió a decir: “Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”. Nuevamente el presidente López Obrador cae en contradicciones. Guillermo Padrés, exgobernador de Sonora, desde el 16 de noviembre de 2016, llevaba un proceso por los delitos de lavado de dinero y defraudación fiscal. El presidente aprovechó el momento para seguir con su cantaleta: “Sigue habiendo corrupción, no en el Ejecutivo, arriba en lo que a mí corresponde pueden decir lo que quieran, pero ya no hay la corrupción que imperaba durante el periodo neoliberal”. Por supuesto, los hechos muestran otra cosa.

La FGR quiere el pastel completo. Va por Peña Nieto, Luis Videgaray y Ricardo Anaya, entre otros; les imputarán delincuencia organizada

Basados en los cuestionables testimonios de Emilio Lozoya, el testigo que siendo delincuente confeso puede ir a comer a restaurantes de lujo, la Fiscalía General de la República que dirige Gertz Manero intentará meter a prisión a Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y Ricardo Anaya. Ya que no ha logrado nada con las imputaciones por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, la FGR busca ahora echar más leña al fuego con la acusación de delincuencia organizada, lo que implicaría, en caso de ser encontrados culpables, una pena de 60 años de prisión. Según la FGR, basada en las declaraciones de Emilio Lozoya, estos tres personajes, junto con otros, se pusieron de acuerdo para financiar la campaña de Peña Nieto con recursos ilícitos. En un documento que obtuviera la redacción del periódico Milenio se lee lo siguiente: “Todas esas conductas se realizaban bajo las instrucciones que daban, tanto Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray Caso y que eran operadas al interior de la paraestatal Petróleos Mexicanos, valiéndose del personal que laboraba en dicha empresa como lo era Emilio Lozoya Austin, director general, su secretario particular Rodrigo Arteaga Santoyo, su coordinador administrativo, Francisco Olascoaga Rodríguez, así como el personal de confianza del propio Emilio Lozoya Austin”. Algo se le olvida a la FGR, que el presidente López Obrador no va a dejar que se toque a su antecesor Enrique Peña Nieto. Esa impunidad está pactada desde que iniciara este sexenio.

Regañiza a Gertz Manero. López Obrador lo puso como lazo de cochino por las libertades que le concedió a Emilio Lozoya

Un gobierno que permite que sus delincuentes confesos puedan salir un viernes por la noche, a comer en cualquier restaurante de lujo, no pue afirmar que está combatiendo la corrupción. Antes bien, se ve que este gobierno navega en la complicidad y en la impunidad. Eso lo sabe muy bien López Obrador, quien una vez que se enterara de las fotos de Lozoya comiendo pato pequinés en el Hunan, pues se molesto sobremanera. Señala el periodista Raymundo Riva Palacio que el presidente se entrevistó con Alejandro Gertz Manero, en autónomo fiscal de la República. En su columna “Estrictamente personal” Riva Palacio relata: “López Obrador le pidió explicaciones a Gertz Manero del porqué Lozoya pudo ir a un restaurante de lujo un sábado por la noche, y no mantener un bajo perfil. El fiscal general, que por lo trascendido escuchó los insultos y las malas palabras de un Presidente empapado en cólera por el impacto político que sobre él y su mandato de luchar contra la corrupción tenían, reconoció que nunca se establecieron con él las reglas para limitar sus apariciones públicas”. Ante este regaño del presidente, Gertz Manero anda como fiera herida, no buscando al que se la hizo, sino tratando de desquitarse con quien se la pague. Dice Riva Palacio: “Gertz Manero está enfurecido como difícilmente había estado en el sexenio, y debe sentirse humillado porque fue regañado, maltratado e incluso, trascendió, insultado por el presidente Andrés Manuel López Obrador”. ¿Será por eso que ya anunció que va contra Peña, Videgaray y Anaya?

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