Claudia Guerrero Martínez / La Fiscalía General del Estado emitió un boletín manipulado y retomado por medios de comunicación oficialistas, en el cual, se asegura que Antonio Catalino HM es el autor material por la muerte de un hombre entambado y tirado en un basurero de la calle de Honduras, en la Colonia Venustiano Carranza, de Xalapa, así como se le adjudica la muerte de una mujer tirada en un contenedor de basura del Fraccionamiento La Pradera. Lo interesante es la omisión de varias pruebas periciales e información fidedigna para dar certeza que en la detención, de verdad sea el culpable. Y la confesión no haya sido sacada bajo tortura, pues en las fotografías se muestra a un detenido golpeado.
En el mismo boletín, se asegura textualmente: “Fue capturado por Agentes de la Policía Ministerial asignados al grupo de homicidios delegación Xalapa un peligroso asesino y líder delincuencial, generador de la violencia en esta capital, quien controlaba la venta de droga, trata de mujeres, cobro de piso y extorsión”, sin respetar la presunción de inocencia.
Por este simple ejemplo, desconfiamos que la investigación sea llevada con transparencia, legalidad y apegada a derecho.
Se asegura tener su “centro de operación” en la calle de Basurto número 133, Colonia Centro, en un patio de vecindad conocido como La Fabela, coincidentemente cuando otra “Favela”, está junto de la zona universitaria y ser un conjunto habitacional de renta para estudiantes, donde es propiedad de un exfuncionario duartista.
En todas las notas informativas, se asegura que “Don Toño” es un líder delincuencial confeso y su fotografía fue distribuida determinando ser el culpable. Cabe recordar que días antes, se detuvo a ocho implicados, a quienes no se mostró sus caras, sólo sus nombres Omar, Carlos, Ana, Raúl, Santiago, Lenin, José y Jorge.
Increíble, que en la céntrica calle de Magnolia, de Xalapa existía un centro de distribución de droga y ni la FGE, ni la Secretaría de Seguridad Pública, teniendo las áreas de inteligencia, sabían de este inmueble de venta de estupefacientes. Algo extraño, para quienes conocemos de los alcances que goza la Policía Estatal y obtener información sobre grupos criminales en la capital del estado. Y nos queda claro que ante esta realidad, los dejaron trabajar libremente, anteponiendo el soborno.
La vinculación y facilitación de protección policiaca a favor de grupos criminales se evidencia ante este descubrimiento macabro, de un hombre y una mujer tirados en basureros de Xalapa, cuidando las zonas para depositarlos, en lugares concurridos y de fácil localización. En el lenguaje criminal, son mensajes dirigidos a un remitente y entienden su significado.
En lugar de ser un fuerte golpe al crimen organizado, desmantelando centros de distribución, en realidad muestra el nivel de la fragilidad en la seguridad de Xalapa y cómo a escasas cuadras de Palacio de Gobierno venden drogas, asesinan, tiran cuerpos, con completa confianza e impunidad. Y ante el escándalo e indignación pública, este omiso Gobierno Estatal tuvo que dar resultados, aunque con muchas deficiencias y recreación de escenarios e incriminar a quienes sean necesarios.
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